Opinión

Cornejo frente al desafío del último año: mantener el poder

Por Marcelo Torrez.

Al arrancar el último año de gestión, el de la despedida de la Gobernación, a Alfredo Cornejo todavía le da vueltas, en la intimidad de su pensamiento, el no haber podido ser el primer gobernador en lograr la reforma de la Constitución de la provincia y con ella, claro está porque no lo oculta, haber tenido la chance de ir por la reelección en el inminente proceso electoral del 2019. "Claro que me hubiese gustado ser reelecto y seguir siendo gobernador", les ha dicho a sus más cercanos. Y tras cartón, ha vuelto a concentrarse en una tarea que nunca dejó, pero que a medida que se acerca el tiempo de las definiciones del año próximo, más lo obsesiona: "Quiero retirarme con poder, no como los gobernadores anteriores", les ha advertido a todos.

El retirarse con poder significa mucho. En primer lugar, que al fin de su mandato pueda seguir teniendo los hilos de la construcción política del oficialismo y evitar el síndrome del pato rengo. Por eso será muy celoso en el armado de las listas de candidatos. No sólo será el gran elector. En lo posible será el único, confirmando de ser así esa característica y perfil que tanto ha incomodado y fastidiado a quienes, desde las entrañas mismas de Cambia Mendoza se preparan para hacerle frente al él y al candidato que defina y por el que apueste para mantener en manos del oficialismo el control de la provincia en el examen electoral.

En segundo lugar, Cornejo intentará dominar la escena legislativa, con un posible nuevo intento por la reforma constitucional como está dicho, poniendo sobre la mesa todos los asuntos urticantes, entre ellos el de habilitar al gobernador la chance de ser reelecto por un período más, pero además ordenará volver por la modificación a la ley antiminera, la 7722, quizás con un protagonismo más activo que el que mostró hasta el momento.

Cornejo está convencido que en lo que queda del año, los proyectos que se instalaron de los senadores peronistas para activar la minería metalífera no serán ni tratados, ni aprobados. Pero entiende que en el 2019 es posible que prosperen. En verdad, para salir del atolladero que han causado ambas iniciativas, impulsadas por los senadores Alejandro Abraham y Juan Agulles, se apostará por uno propio. La estrategia encierra quejas y críticas al PJ, por haber dejado solos a los legisladores. "Me dicen a mí que no me he comprometido con este tema, pero podríamos haberlos aprobado con el voto de nuestros legisladores y no lo hicimos porque se necesita un consenso amplio. Ellos no aportaron ni un solo voto", describe el gobernador.

Al cumplir el tercer año en la gestión, la evaluación de Cornejo es breve. Prefiere concentrarse en lo que viene. Entiende que lo más importante está por venir en función del desafío que tendrá el oficialismo por lograr la ratificación de los electores en el proceso que se disparará en breve. En el oficialismo hay preocupación porque lejos está de que pueda garantizar un triunfo, particularmente en la nación. Buenos Aires será otra vez clave para el resultado electoral nacional. Si María Eugenia Vida pierde la provincia, la derrota de Mauricio Macri será indeclinable. Y en Mendoza, si bien la imagen del oficialismo sigue siendo amplia por sobre la oposición, el clima negativo en la nación afectará en parte lo que ocurra límites adentro de la provincia. Eso determinará el seguro desdoblamiento electoral y también influirá en la decisión del propio Cornejo para definir quién será el candidato. Y lo más importante, quizás: ¿irá o no en la lista como candidato a diputado nacional? Un rol que no le interesa, que no le atrae, que no le permitirá mover los hilos del radicalismo provincial como quiere, con poder y ascendencia, pero que no podrá evitar si quiere irse con el objetivo y premio mayor cumplido.

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