Historias de vida

Sobrevivientes del Milagro de Los Andes dieron clínica a pequeños rubiers malargüinos

Antes de partir hacia el Valle de Las Lágrimas, donde fue el accidente en 1972, disertaron miembros de la fundación Rugby Sin Fronteras y uno de los sobrevivientes, Gustavo Zerbino.

Durante gran parte de la tarde de este jueves en el polideportivo de Malargüe, pequeños rubiers del único equipo de la especialidad en el departamento recibieron una clínica por parte de los sobrevivientes del Milagro de Los Andes y ex rubiers de los seleccionados de Argentina y Uruguay, que ahora se enfilan en la fundación Rugby sin Fronteras.

Las actividades se realizaron en la jornada previa al viaje que emprenden este viernes hacia el Valle de las Lágrimas tanto sobrevivientes, como familiares e integrantes de la organización y que además servirá para conmemorar las cuatro décadas del hecho histórico que cambio el concepto de la supervivencia humana.

Gustavo Zerbino, uno de sobrevivientes del Milagro de Los Andes en Malargüe.

Gustavo Zerbino en un alto de la práctica en el óvalo del Centro Polideportivo Malal-Hue dialogó con SITIO ANDINO y comentó que esta nueva visita a Malargüe, la última fue hace un año, la realiza con sus hijos Sebastián de 22, Lucas de 19 y Lupita de 5 años, siendo la persona de menor edad que ha subido al Valle de Las Lagrimas, lugar donde se realizará el homenaje a 40 años del accidente conocido mundialmente primero como La Tragedia de Los Andes, pero que a partir del 21 y 22 de diciembre del ’72 con el rescate de los sobrevivientes pasó a denominarse para millones de personas como “El Milagro de Los Andes”.

Zerbino dijo que “la expedición que comienza este viernes y durará todo el fin de semana tiene como objetivo conmemorar los 40 del accidente, donde se remarca la necesidad de transformar los problemas en oportunidad, practicando la gratitud y destacando los principios que tiene el rugby como deporte, entre ellos el trabajo en equipo, la solidaridad, los valores y el respeto”.

Zerbino dedicó un párrafo a la Cordillera de Los Andes al decir que "traemos a nuestros hijos para que conozcan estas montañas majestuosas que nos cobijaron por 73 días,  para que vean el sol, el cielo y las estrellas que fueron nuestro  techo, esas montañas gigantescas donde el hombre se empequeñece,  los problemas se relativizan y la presencia de Dios es extremadamente fuerte”.

Alejandro Nicolich llegó por primera vez a la cordillera mendocina para homenajear a su hermano fallecido en el accidente de 1972.

En la tarde de este jueves, Alejandro Nicolich, hermano de Gustavo Diego Nicolich,  uno de los jóvenes fallecidos en el accidente aéreo de 1972, comentó que “a partir de ese año el nombre Malargüe, como San Fernando, Curicó, Talca  o El Sosneado forman parte de la historia familiar, ciudades que se nombraban por esos días ya que era parte de la ruta del avión de la Fuerza Aérea Uruguaya, o porque desde estos lugares se informaba si habían o no noticias del suceso que se llevó la vida de mi hermano”.

Nicolich, que por primera vez en su vida irá al Valle de las Lagrima, lugar donde descansan los restos del avión Farchild Hiller FH-227 recordó que su hermano “murió luego de estrellarse el avión, fue en una de las avalanchas. “Coco alcanzó a escribir una carta para todos nosotros, teniendo tal vez la premonición de que iba a morir en la cordillera, mensaje que siempre esta vigente en nuestros corazones y que marca y refleja el trabajo en equipo, la solidaridad, la hermandad, el amor al prójimo y resguardar  los más altos valores humanos".

Los restos del avión Farchild Hiller FH-227 a 3.500 metros sobre el nivel del mar, en el Valle de las Lagrimas en la cuenca alta del Río Atuel.

Entre lágrimas, Alejandro, de 55 años de edad,  contó que “hasta el día de hoy sigue vigente la perdida de mi hermano, mi madre aun hoy no puede reponerse de tan crudo momento, pero supimos en la familia  llevarlo de la mejor manera rescatando todo lo que dejó para todos en el mundo esta historia  que habla de valor, de enorme amor, esperanza y fe, y donde Gustavo, el eterno Coco fue parte de esa enseñanza”.

Rugby Sin Fronteras dió una clinica a los integrantes del Club Llancanelo, única entidad deportiva de Malargüe que tiene divisiones.

La tarde de este jueves para los integrantes del equipo de rugby del Club Llancanelo será una fecha especial, ya que recibieron una clínica de integrantes de Rugby Sin Fronteras, entre los que se encontraba el propio Gustavo Zeberino uno de los sobrevivientes del Milagro de los Andes, que personalmente supervisó la práctica e intercambio vivencias con los pequeños rugbiers malargüinos, los que concurrieron por la noche también al Centro de Convenciones Thesaurus para escuchar la charla “Camino de Valores”.

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