Argentina desempleada: 200 mil personas quedaron en la calle desde diciembre
Un estudio del CEPA dice que la apertura de importaciones, tarifazo y caída en el consumo son las principales causas. Son 200 mil familias que en 7 meses perdieron su sustento.
El segundo semestre arrancó mal, mucho peor que lo que el optimismo de Mauricio Macri le había llevado a decir a los argentinos que en la segunda mitad del año estaríamos mejor. Por supuesto que hay mucho por desagregar y profundizar inflación, pérdida del salario real, caída en el consumo, aumento de tarifas- pero en este caso fue el Centro de Economía Política Argentina (CEPA) quien acaba de dar la cifra total, según sus estudios, de puestos de trabajos perdidos en lo que va del año.
Desde enero y contando julio, en Argentina se han perdido casi 200 mil puestos de trabajo: 194.422 despidos y suspensiones, para ser más exactos. El aumento en el desempleo afecta a todos los rubros económicos, empezando por la construcción y la industria y llegando hasta los niveles finales de comercialización como gastronómicos, comercios y hotelería.
Como no me gusta transformar en cifras a lo que, en realidad, son personas. Vamos a decir que sólo contando el último mes (julio) 11.391 trabajadores perdieron su trabajo, una pequeña parte de ellos ha sido suspendido hasta nuevo aviso.
Y un desagregado más: desde marzo a esta parte, el 93% de los despidos ocurrieron en el sector privado. En otras palabras: empresas de construcción, fábricas, automotrices, petroleras, comercios... dejaron sin trabajo a más de 194 mil personas en el país.
Volvamos a las cuentas que habla de la gente real y no de una estadística. Si consideramos que esos casi 200 mil nuevos desempleados, son sostén de familia o al menos ayudan a llevar su hogar, entonces estamos hablando de unas 800 mil personas (casi un millón) que están sufriendo desde inicio de año las consecuencias de las malas políticas económicas que han hecho que el sector empresario pierda ganancias y deba recortar costos y ajustar en personal para intentar, no digamos competir al menos sobrevivir.
¿Qué está ocurriendo? A esta altura del año, y luego de los primeros meses donde el sector público motorizó la pérdida de trabajo, seguido de cerca por la construcción debido a la paralización o pérdida de obras públicas, ha sido el sector privado empresas- las que han echado a casi la totalidad de las personas que hoy se encuentran sin trabajo.
Claramente esto responde a los difíciles momentos por los que atraviesa la economía argentina, con tres trimestres de recesión y ante los cuales las empresas intentan hacer frente haciendo uso del eslabón que más rápidamente se corta: el trabajador.
En el mes de julio los despidos se concentraron particularmente en 6 actividades, que explicaron el 74% de despidos y suspensiones. Se trata del sector textil, automotriz petrolero, frigorífico, electrónica y electrodoméstico y sector servicios
Tarifazo, apertura de importaciones, caída del consumo...
Teniendo en cuenta los 7 meses, desde diciembre a esta parte, el ranking de despidos es este:
Construcción, lidera con 58.590 despedidos. Afectada inicialmente por la paralización de la obra pública, y luego por los altos costos y el temor de la gente a invertir en momentos en que la economía tambalea.
Industria Metalúrgica, va en segundo lugar con 13.721 despidos y suspensiones.
Las automotrices rozaron las 7000 bajas laborales (con suspensiones en Fiat y Ford y despidos en Volkswagen y Renault) al que deben complementarse 1.257 trabajadores despedidos y suspendidos en autopartes (en empresas como Paraná Metal, Carraro Argentina, Argentoil y Gestamp) y 1.800 suspensiones señaladas por el SUTNA en FATE.
Sector alimenticio: 5.680 despidos y suspensiones en empresas como Cresta Roja, Havanna y Cervecería Quilmes, entre otras. La menor faena y menor producción que resultan en mayores costos ha sido el problema, sobre todo debido al impacto del tarifazo.
Textiles. 1.642 despidos y 3.930 suspensiones. La explicación desde el sector viene de la apertura de las importaciones y cómo ha hecho caer la producción nacional.
En el caso del sector petrolero los despidos llegan a 4.162, mientras que el sector energético contiene 4.012 despedidos. Argumentan altos costos, y el escenario marca una profundización de la conflictividad en la Patagonia.
Electrónica y electrodomésticos las pérdidas de empleo alcanzan a 1.792 despidos y 1.370 suspensiones de trabajadores (en empresas como BGH, Brightstart y Siam) y en el caso del sector frigorífico hubo 2.473 despidos y suspensiones. En este caso el gran golpe vino por la caída de ventas en el mercado interno y la importación de productos, principalmente heladeras desde Brasil.
El sector comercial ha sufrido despidos en casi todos los centros urbanos. El impacto de la caída del salario real conjuntamente con los despidos producidos ha sido afectado seriamente la evolución del sector, sumado al impacto del aumento de tarifas en diversos tipos de comercios.
La esperanza está puesta en que el Gobierno de Mauricio Macri encuentre el rumbo económico para la ansiada reactivación de la economía y las inversiones. Se espera que, con los últimos anuncios de millonarias inversiones públicas en obras se reactivaría, al menos, la construcción y parte de la industria.
Pero la sociedad argentina no concede crédito a sus políticos salvo que empiecen a verse cambios rotundos. Todos esperamos, por el bien del país, que esto ocurra rápidamente.