Antes de viajar a San Juan, la selección chilena culminó en Mendoza su preparación de cara al partido de mañana frente a Venezuela, que definirá un lugar en las semifinales de la Copa América, con un entrenamiento distendido y lleno de confianza durante el cual no se ejecutaron lanzamientos penales.
La plantilla que dirige Claudio Borghi entrenó durante poco más de una hora en el estadio del club Andes Talleres de Mendoza, su habitual cuartel general.
La mayor parte del entrenamiento transcurrió con un partido entre dos equipos de diez futbolistas, en medio campo, con integraciones mezcla de titulares y suplentes y donde Borghi hizo hincapié en la dinámica y constante movimiento del balón y los jugadores.
El entrenador prefirió no dar pistas sobre la alineación para el partido frente a los venezolanos pero no se esperan sorpresas.
El entrenamiento transcurrió en un clima distendido y en su mayor parte fue presenciado por unos cien seguidores de la "Roja", que llegaron al estadio para alentar al elenco nacional.
El partido definirá un lugar en las semifinales y en caso de igualdad al finalizar los noventa minutos se disputará una prórroga de 30 minutos.
En el caso de que se mantenga la paridad se ejecutarán tiros penaltis para definir el ganador.
Los chilenos, considerados favoritos para ganar el partido y en una nueva muestra de confianza, no practicaron remates penaltis en su último entrenamiento.