Por Sección Sociedad 15 de julio de 2011 - 08:00 Los siquiatras antiguos describían la erotomanía o Síndrome de Clerambault como la locura del amor casto, una disfunción que correspondía siempre a un objeto idealizado. En este trastorno, el sujeto desarrolla la convicción delirante de que es amado por otra persona, generalmente de mayor condición social. Incluso creen que su amado (a) se trata de comunicar con ellos mediante un lenguaje secreto que va desde una simple mirada o un gesto que no significa nada.
Su origen no está muy claro, ya que se han encontrado diversos casos clínicos, con relaciones confusas entre sí. En ocasiones se ha visto que su causa es producto de rasgos de personalidad depresiva, y en otros, la sintomatología se ha manifestado levemente como resultado de cuadros como el Alzheimer, el VIH o el ACV. Hay autores que incluso han llegado a encontrar indicios de erotomanía en pacientes con poliquistosis ovárica, personas que usan esteroides e incluso en mujeres que se han practicdo abortos. Es por esta razón que se ha relacionado el desequilibrio de las monoaminas centrales con la aparición de la psicosis.
¿Cómo descubrir a un erotómano?
-El erotómano idealiza al objeto, lo considera un ser enérgico, activo, joven, apreciado, amado y requerido por otras mujeres, dotado de un comportamiento romántico y protector.
-Crea una serie de postulados erróneos, pero que son creíbles. La consistencia de las historias van guiando el argumento para fundamentarla, así el trastorno va progresando sin reticencias, en su naturaleza y contenido.
-Hay aparición confusa de eventos, nuevos personajes, cambios de escenarios, pensamientos y recuerdos recientes y retrospectivos, abstracciones e interpretaciones subjetivas.
Fuente: Contexto