Impuestos y debate

Ganancias: nacido en Convertibilidad y sin inflación

La falta de actualización de las escalas repercute en la pérdida de progresividad del impuesto.

Por Sección Economía

El impuesto a las Ganancias fue concebido en la época del régimen cambiario “1 a 1”, que creyó desterrar para siempre el fenómeno inflacionario en Argentina. Sin embargo, con la desaparición del régimen de la convertibilidad, lo establecido en los artículos 90 y 23 de la ley han perdido conexión con la economía real. Hoy por hoy, la falta de actualización de las escalas repercute en la pérdida del atributo de progresividad del impuesto, volviéndolo regresivo y hasta cierto punto confiscatorio ya que un asalariado termina pagando más impuestos sólo porque su salario se actualiza por inflación. No porque gane más en términos de poder adquisitivo.

Con la desaparición del régimen de paridad cambiaria “1 peso = 1 dólar”, tanto el sistema de bandas del artículo 90 como las deducciones en montos fijos del artículo 23 han perdido conexión con la economía real. Así, la escala del impuesto a las ganancias ha quedado desvirtuada a partir de la fuerte devaluación del peso en 2002 y la continua depreciación del mismo a partir de 2009, advierte un informe de Soledad Pérez Duhalde, coordinadora de Análisis Económico de Abeceb.com

La no actualización automática del mínimo no imponible y las deducciones especiales pone en riesgo la capacidad de compra del trabajador. En contextos de elevada inflación, la falta de ajuste hace que los impuestos no se logren adaptar a la capacidad contributiva. Para llevarlo a números, supongamos que un trabajador logra obtener un incremento de salario bruto del 29%, semejante a la inflación. El resultado es una pérdida del poder adquisitivo de, por lo menos, 3,0 puntos porcentuales por la falta de ajuste del mínimo y las deducciones aplicadas. Si el salario en bruto es mayor, en consecuencia, la pérdida del poder adquisitivo es mayor.

Esto significa un aumento impositivo de hecho sin que medie la necesaria aprobación del Congreso de la Nación, lo que representa una vulneración de derechos constitucionales.

Escalas distorsivas

La no actualización automática de las escalas del impuesto a las Ganancias le quita el principio de progresividad de los sistemas tributarios modernos. Pequeños aumentos de salarios implican saltos en la alícuota aplicable según la escala. La Ley de Impuesto a las Ganancias incorpora el principio a través de la tabla del artículo 90. Sin embargo, esta tabla no ha cambiado desde la Reforma Tributaria de 1999 (Ley 25.239), por lo que la inflación acumulada desde entonces ha “comprimido” las bandas de ganancia neta imponible. Esto atenta contra la progresividad del impuesto, dado que las diferencias que existían entre cada tramo han quedado disminuidas en términos reales, y un contribuyente puede saltar de una banda inferior a una más alta con un incremento salarial mucho menor al que se tuvo en mente cuando se concibió originalmente la tabla, allá en tiempos de la Convertibilidad cuando no había inflación.

Sólo tres tramos

Finalmente, el establecimiento de 3 tramos de deducciones (con la última modificación de 2013) lleva a que quienes cobren más puedan cobrar menos, o al menos que el Gobierno pueda llevarse casi la totalidad del aumento del sueldo.

Por ejemplo, un trabajador soltero que cobra un salario bruto de $25.100 mensual, termina cobrando menos de sueldo de bolsillo que uno que cobra $24.900, ya que la tasa efectiva del primero ronda el 17,9%, mientras que la del segundo es del 15,4%. Esto hace que un trabajador que gana en bruto $24.900 termine ganando de bolsillo $17.063, mientras que uno que gana $25.100, termine recibiendo en mano $16.682.

Pero hay más, advierte el estudio de Abeceb.com. Todos los trabajadores que tributan Ganancias pagan alícuotas del 23% o mayores. Es decir, las escalas de la ley que están entre 9% y 19% no operan. Es que con el esquema actual de niveles diferenciales de mínimos y deducciones que estableció el decreto 1242/2013 hay escalas que ya no operan. El primer trabajador que tributa entra en el cuadro de escalas que paga el 23% sobre el excedente de $60.000 de su ganancia neta.

En este sentido debe señalarse que el 55% de los trabajadores que tributan pagan alícuotas del 31% y 35%. Este punto obviamente se correlaciona con la falta de actualización de las escalas por inflación y su consecuente pérdida del atributo de progresividad del impuesto. Fuente: Abeceb.com



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