Teatro Griego

Romeo Santos causó furor en el Frank Romero Day

El “rey de la bachata” se presentó en la tercera noche de repetición de la Vendimia. Miles de mujeres deliraron con su show que se extendió por más de dos horas.

Por Eugenia Cano

El día tan esperado por las fanáticas mendocinas de Romeo Santos llegó. El “Rey de la bachata” se presentó en la tercera noche de repetición de la Fiesta Nacional de la Vendimia y miles de personas ovacionaron el show que se extendió por casi dos horas y media.

Ya desde ese momento los gritos de las mujeres eufóricas por estar viendo a su ídolo en vivo ensordecían la noche, mientras que el ex vocalista del grupo Aventura, se lanzaba a la conquista de su público con canciones como: “Sólo por un beso”, “Su veneno”, “Los Infieles”, “Cancioncitas de amor”, “Noche de sexo”, “La diabla”, "Mi santa", “Eres mía”, "Necio" y “Llévame contigo”.

Pero la propuesta no quedó sólo en la música y su voz singular, sino que el popular artista se mostró amigable e interactuó con la gente en varias oportunidades. En un momento pidió que subiera al escenario una chica “gordita” a la que halagó con palabras, le tomó la mano y le dio un beso. Por supuesto, el gesto provocó la envidia del resto que hubiera dejado todo por estar en su lugar.

Más tarde, Santos haría lo mismo para realizar su habitual cuadro en vivo del tema “Propuesta Indecente”, pero la elegida para “meterse en la cama”, resultó ser una señorita que respondía más a los estándares de belleza que impone el mercado. ¿No hubiese sido correcto invitar a alguien del público sin nombrar calificativos físicos? Sin embargo, esto no pareció incomodar a ninguno de los presentes que disfrutaron con entusiasmo de cada tramo del concierto.

También el sector masculino tuvo su momento de protagónico, cuando el “rey de la bachata” puso a prueba a varios varones para saber cuánto conocían de su repertorio. Sólo uno de ellos pasó la instancia y tuvo la posibilidad de cantar a dúo con él. También se llevó un cd autografiado.

Durante el show, el hombre nacido en el Bronx, también destacó la “euforia” del público mendocino y continuamente lanzó mensajes a sus seguidoras para enamorarlas. “Hago un brindis esta noche por los mayores fanáticos del mundo”, dijo.

Además, realizó tres cambios de vestuario y sobre el escenario estuvo secundado por una formación de 13 músicos y una pareja de coristas. La puesta, si bien estuvo correcta, con una alfombra roja y un micrófono con una base en forma de corona, no sobresalió por contar con grandes efectos. Ni audiovisuales, ni de ningún tipo.

Fue cerca de las 23.30 que Romeo Santos concluyó su concierto ante el delirio de miles de personas que hicieron vibrar las gradas del Teatro Griego y los cerros. Porque si bien las entradas para verlo se agotaron en tiempo récord, una multitud pudo ver el recital desde ese lugar privilegiado.

El cantante que se ha convertido en el fenómeno de masas más relevante de los últimos tiempos, dejó así su huella en Mendoza. Luego de tocar en el Festival de Viña del Mar, de llenar dos recitales en el estadio Monumental de River y repetir la historia en varias ciudades del país, la gira por territorio albiceleste aún aguarda dos concierto más, uno en Tucumán el 12 de marzo y el último será el 13 en la provincia de Córdoba.

El "monstruo" se comió a la fiesta 

Durante el show, en ningún momento Romeo Santos mencionó la Fiesta Nacional de la Vendimia como la celebración en la cual se enmarcó su presencia en la provincia. Más allá de que la referencia hubiese sido oportuna, la realidad es que su concierto se llevó toda la atención de la tercera repetición.

La gran mayoría de la gente que asistió al Teatro Griego fue exclusivamente a verlo a él y el espectáculo “Postales de un oasis que late”, quedó en un segundo plano. El adelantamiento a última hora del horario del recital, también influyó para que el suceso de la bachata opacara el espacio protagónico de la fiesta.

Sin embargo, aunque fue grande la cantidad de público que se retiró una vez finalizado el concierto, fueron muchos los que se quedaron a disfrutar de la puesta. Para tratar de que el lugar no quedara despoblado, se tomó la medida de dejar liberada la entrada para que ingrese la gente de los cerros.

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