Murió Mandela, murió un héroe mundial. Por Sergio Bruni para Sitio Andino
Se despidió del mundo un gran hombre. Nelson Mandela. Madiba para su gente murió a los 95 años de edad luego de meses de soportar una agonía producto de complicaciones en su salud.
Madiba, nació el 18 de julio de 1918 en Mvezo, un poblado pequeño de Sudáfrica. Pertenecía al clan Madiba, de la etnia xhosa, de ahí deriva el sobrenombre, que le fue otorgado a título honorífico. Señala la Fundación Nelson Mandela, que llamarlo Madiba era una señal de afecto y respeto, con ese apodo se honraba el título, otorgado por el concejo de ancianos de su tribu en señal de una vida honorable y gloriosa.
Su disputa contra el apartheid a favor de la dignidad humana nos emparentó, acercó al Africa profunda con la América del Sur. Compartimos su lucha, su trabajo en favor de la igualdad de los hombres, emparentándonos a través de los sacrificios que una misma generación llevó adelante con el fin de hacer efectivos los derechos humanos.
Mandela creó un nuevo paradigma no sólo en Sudáfrica, el resultado de su trabajo tuvo incidencia en todo el mundo. No sólo le otorgó dignidad a su pueblo originario, su legado de igualdad de las razas llevó además a sus anteriores carceleros a los responsables del sometimiento de su pueblo, a un régimen injusto basado en la discriminación por el color de la piel, a otro nivel de la consideración mundial.
Si bien su enfrentamiento con el régimen establecido a sangre y fuego por la minoría blanca los Afrikaner fue en principio a través de la resistencia armada, Mandela nos dejó pero previamente le otorgó a la civilización una referencia en la historia de la humanidad, tal cual lo habían efectuado Gandhi o Martin Luther King, él nos demostró el valor y la fuerza de la paz, de la no violencia, cuando la justicia se encuentra del lado de nuestras reivindicaciones.
Detenido en la prisión de Robben island durante 17 años (de un total de 27) en precarias condiciones llevó el número 466/64 su número de presidiario, como también su celda a convertirse en un señal contra las injusticias en el planeta. A partir del conocimiento de su pensamiento, ese símbolo de la segregación racial que fuera el apartheid, fue muriendo de a poco, con la misma velocidad que fuera creciendo el prestigio y la razón de su principal contendiente, Nelson Mandela, quien desde su prisión nos decía : "Los verdaderos líderes deben estar dispuestos a sacrificarlo todo por la libertad de su pueblo".
La cárcel y el intento de ocultarlo como símbolo de la lucha de todo un pueblo, fue en vano, y la comunidad internacional fue aislando al gobierno surgido del sistema de discriminación racial, obligando de esa manera a los líderes Afrikaners a permitir la democratización de la república Sudafricana.
Un hombre un voto, esa fue la bandera de quienes buscaron la democratización de la nueva república africana, la que busca su nuevo destino a partir de la igualdad racial, que tuvo miles de mártires, encarcelados y desterrados, y un gran líder Nelson Mandela.
Premio Nobel de la Paz de 1993, llegó a la Presidencia de su país en las elecciones de 1994, convirtiendose en el primer presidente negro de Sudáfrica, desde ese cargo puso en marcha una política de reconciliación nacional, manteniendo a De Klerk como vicepresidente, y tratando de atraer hacia la participación democrática reconciliando a los sectores más díscolos de la sociedad, aprobando una nueva Constitución.
"La muerte es algo inevitable. Cuando un hombre ha hecho lo que él considera como su deber para con su pueblo y su país, puede descansar en paz. Creo que he hecho ese esfuerzo y que, por lo tanto, dormiré por toda la eternidad". (Madiba Mandela)