La recuperación de la economía argentina entra en stand by
Según el IERAL, la recuperación de la economía argentina la pone en niveles de 2017, sin embargo en marzo se frenó el crecimiento. La confirmación del INDEC.
Según un informe difundido días atrás por el IERAL de la Fundación Mediterránea, la economía argentina mostró signos de recuperación tras la recesión, con un crecimiento del PIB entre el 5,0% y el 6,0% anualizado y desestacionalizado en el cuarto trimestre de 2024 y el primero de 2025, pero comienza a dar signos desaceleración y caída.
Luego de un repunte en la segunda mitad de 2024, la economía argentina muestra señales de desaceleración. Con un crawl del 2,0% mensual y una tasa de interés real positiva, el crédito al sector privado creció un 5,5% mensual en términos reales hasta marzo, siendo clave para salir de la recesión.
Sin embargo, los indicadores privados ya anticipan una merma en la actividad para marzo, lo que llevaría a un ritmo más moderado del PIB, estimado en 3,5% anualizado en el segundo y tercer trimestre de 2025. Este freno puede aliviar las cuentas externas pero afectará el empleo.
Esta desaceleración fue confirmada por el INDEC, que anunció que la industria creció 5,2% interanual en marzo de 2025, pero contrajo su actividad 4,5% respecto a febrero.
El mismo camino siguió la construcción, que, según el organismo estadístico oficial, subió 15,8% interanual en marzo de 2025 y disminuyó 4,1% respecto de febrero.
Según el IERAL, a febrero de 2025, el PIB alcanzó el pico previo de noviembre de 2017. No obstante, esa recuperación no implica un crecimiento estructural. El repunte muestra grandes disparidades sectoriales: mientras minería e hidrocarburos crecieron un 31,6% respecto a 2017, sectores clave como industria, construcción y transporte siguen rezagados.
Además, la productividad cayó 13,4% en siete años, ya que para recuperar el nivel del PIB de 2017 fue necesario un aumento del 13,3% en el empleo, en su mayoría informal, estatal o cuentapropista, que pasó del 63% al 66% del total. En contraste, el empleo asalariado privado formal —el más productivo— cayó del 33,1% al 29%.
image.png
La actividad de la economía por ramas se comporta de manera bien dispar
Precios relativos e inversión
En la agroindustria, el repunte reciente responde más a la superación de sequías que a mejoras estructurales. La producción de granos está estancada desde hace 8 años, mientras Brasil la incrementó un 47% en el mismo período. La presión impositiva local, especialmente las retenciones a las exportaciones, limita la competitividad.
image.png
En la industria, la competencia asiática, la presión fiscal y la falta de escala son obstáculos serios. Para revertir esta situación se requieren reformas en el sistema impositivo, laboral y de integración comercial, incluyendo el rediseño del Régimen de Incentivo a las Grandes Inversiones (RIGI) para incluir a PYMES y sectores agroindustriales.
Construcción: caída de inversión y precios fuera de escala
La construcción, pese a contar con un régimen laboral más flexible, enfrenta una baja histórica en la inversión. El sector requiere modernizar sus métodos para adecuarse a la demanda y reactivar el crédito hipotecario, posible mediante un mayor uso del FGS de la ANSES como instrumento financiero de segundo piso.
Reformas urgentes
La Fundación Mediterránea advierte que, aunque la economía logró recuperar niveles de actividad previos, el deterioro de la productividad, el retroceso del empleo formal y la falta de inversión plantean un escenario complejo. Si no se abordan reformas estructurales profundas —productividad, impuestos, empleo, infraestructura—, las metas de crecimiento sostenido serán inalcanzables.