Sergio Massa participó en una reunión, en Washington, con el BID (Banco Interamericano de Desarrollo).
CoviarMientras el ministro de Economía Sergio Massa se reunía con parte de su cúpula en Washington, una misión del BID (Banco Interamericano de Desarrollo) pasó por Mendoza. No se trató de una visita de cortesía, sino para ultimar detalles que aceleren un desembolso millonario para el sector productivo de la provincia.
El propósito fue concreto: validar el cronograma del Programa de Apoyo para Pequeños Productores Vitivinícolas de Argentina (PROVIAR II) que compromete el desembolso de u$d 40 millones por parte del BID para asistencia técnica en distintos ámbitos. Un plan que llevó más de cuatro años cristalizar y al que, oficializado durante la Fiesta de la Vendimia 2023, le faltaban varios pasos por dar.
Para eso, una comitiva liderada por el italiano Paolo Di Salvo estuvo entre el miércoles 12 y el jueves 13 en la provincia para reunirse con representantes del INV (Instituto Nacional de Vitivinicultura), el INTA, Coviar (Corporación Vitivinícola Argentina) y también del Gobierno nacional.
A lo largo de las dos jornadas se realizaron los talleres. Y a falta de un tercero y definitivo, ya se sabe que pronto se dará un pazo fundamental para captar proyectos en busca de financiamiento vía ANR (Aportes No Reintegrables, o subsidios).
"Estimamos que la semana próxima ya se podrá definir el cronograma de lanzamiento. Este encuentro sirvió para revisar metas e indicadores para la ejecución del Proviar, dado que tiene que prever objetivos cumplibles para que la entrega de los ANR no se caiga", resumió José Luis Álvarez, ex ministro de Economía provincial (2011-2012) y coordinador del Proviar en Mendoza.
Realizados los talleres y una vez completado el intercambio de información, el mes próximo será definitivo para la llegada de los millones del BID.
Es que, según se confirmó, durante la segunda quincena de mayo se abrirá la primera convocatoria de proyectos que aspiren a captar parte de ese dinero en forma de ANR.
Se trata de proyectos con características definidas: que apunten a la mejora de los viñedos (infraestructura y productividad), de la actividad industrial (bodegas) y también el desarrollo de proveedores a través de clusters vitivinícolas.
Una de las metas es alcanzar a los 2.200 productores beneficiados. Pero el programa conlleva una medición de esas metas y del destino del dinero, por ejemplo, para subsanar una problemática que desvela a la producción: la crisis hídrica.
Según Álvarez "como todo programa de éste tipo, implica prueba y error. Hay que cuantificar el impacto de las inversiones realizadas: por ejemplo, en el caso de la escasez de agua y su mejor aprovechamiento, no todo pasa por el riego por goteo, sino contar con los reservorios necesarios".
El encuentro culminó con la definición de la "ruta crítica" que deberán seguir, para poner en marcha el Proviar, las distintas partes involucradas: el INV, el Gobierno nacional (como tomador del préstamo que "baja" a Mendoza en forma de subsidios) y también el BID.
Esto contempla una "identificación la secuencia, estimación y duración de las actividades para desarrollar un diagrama en red". Todo un trabajo por delante antes de la selección de los proyectos que terminen financiándose.