Los consumidores argentinos y sobre todo los habitantes de unas 50 localidades de todo el país, entre ellas San Rafael se sorprendieron con la noticia. Un supermercado mayorista anunciaba que aceptaba dólares de cualquier tipo y en cualquier estado a un cambio de 1400 pesos para realizar las compras, tal como lo contó Sitio Andino.
¿Marketing, necesidad de incentivar el consumo, buscar dólares para entrar en el blanqueo o un acuerdo con el gobierno para comenzar la dolarización endógena? Qué hay detrás de la publicitada decisión del Mayorista Diarco.
Todas las respuestas son posibles porque hay escenario para todas ellas. Más allá de cuál sea la verdad de por qué el mayorista tomó la decisión, es el primer caso claro de la competencia de monedas o y que en explicamos en Sitio Andino y se puede leer aquí.
El proyecto Milei; sacar los dólares del colchón
El experimento del supermercado mayorista es la mejor forma de que los ciudadanos entiendan que es lo que planteaba el Presidente y el Ministro de Economía cuando aseguraban que los ciudadanos deberán usar sus ahorros para pagar.
La falta de pesos circulando por el apriete del Gobierno, la caída de los ingresos y por ende del consumo, sumado al ayudín en la cotización por parte de la empresa, trazan un panorama tentador para que los que tengan unos dolarcitos guardados o, incluso, algunos compren dólares en el mercado libre o financiero para después ir a comprar al mayorista.
En todos los casos el que suma ganancia es el Gobierno, ya sea usándolo como ejemplo de lo “bien” que puede funcionar la dolarización o retirando pesos de mercado.
Dólares a la caza del consumo perdido
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El anuncio de la cadena de supermercados. Dólares para comprar mercadería. ¿El primer paso de la dolarización endógena?
Otra de las posibles explicaciones posibles es el incentivo al consumo en medio de una caída que vale la pena recordar. Según la consultora Scentia en julio el consumo en hipermercados, comercios barriales y pymes perdió 16,1 por ciento interanual, 4 puntos más de caída que en junio que había llegado al 12,4. De esta manera se cierran siete meses de caída consecutiva del consumo masivo.
Las cifras de Scentia aseguran que en términos reales los comercios están vendiendo menos que en la crisis del 2001, la pandemia y en lo peor de la crisis del Gobierno de Mauricio Macri.
Además, la caída en el interior (dónde es muy fuerte la cadena en cuestión) fue más pronunciada aún: los hipermercados cayeron 17,1 y en los autoservicios 24,6 por ciento.
En ese contexto, el primer paso de esta cadena mayorista que -según rumores- puede ser imitado por otras en estos días, el incentivo al consumo es importante y desata algunos comentarios del mercado sobre una estrategia para hacerse de dólares para entrar en alguna etapa del blanqueo.
Nada se puede descartar, pero esta última no parece una explicación demasiado atendible, por el tamaño de la empresa y la notoriedad y publicidad de la operación.
¿Quién es el Señor Diarco?
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Roberto Goldfarb, el titular de Diarco.
Roberto Goldfarb, quien hoy tiene 74 años, es el fundador de la cadena de supermercados mayoristas y único socio de un grupo que factura un cifra superior a los 600 millones de dólares y sus oficinas están ubicadas en el Mercado Central en La Matanza, toda una definición de estilo empresarial.
Desde allí Goldfarb, junto a algunos estrechos colaboradores (hasta hace un par de año ninguno de sus tres hijos trabajaba en la empresa), maneja las más de 100 sucursales de Diarco.
Llegó al negocio de los supermercados casi de casualidad. En 1980 apostó a un local de productos delicatessen en Caballito. De un día para otro se quedó sin poder importar los chocolates y otros productos que vendía y lo transformó en almacén, ese primer local se llamaba pomposamente Distribuidora Argentina de Comestibles y de ahí viene la sigla de Diarco que hoy es la nave insignia del Grupo
Paralelo a la venta minorista, compró mercadería para abastecer a otros comercios y armó un autoservicio mayorista con un depósito en Villa Devoto que fue el inicio de la firma que hoy factura más de 600 millones de dólares, tiene más de 2.000 empleados y superó 100 locales.
A poco más de 40 años de la apertura de la primera tienda, Diarco aporta el 80% de los ingresos del grupo y se consolidó como líder de su negocio compitiendo con jugadores argentinos como Vital, Maxiconsumo o Yaguar y con multinacionales como Makro o Carrefour
Goldfarb se definió, en las pocas entrevistas que ha dado, como un comprador compulsivo de propiedades y siempre apostó al ladrillo como estrategia de ahorro. En los últimos años también compró empresas, como en 2016 cuando hizo pie en Mendoza y se quedó con La Gioconda.
Para la administración de sus propiedades y la búsqueda de terrenos para Diarco, creó una empresa inversora inmobiliaria bautizada ZR Real Estate, que no construye departamentos, pero sí vende terrenos a cambio de metros construidos.
Además, ha incursionado en el sector agropecuario con su sociedad Zulagro hoy tienen más de 12.000 hectáreas en Santiago del Estero, Catamarca y Salta, donde siembran soja, maíz y realizan actividad ganadera.