En las últimas décadas, Malargüe ha experimentado un creciente desarraigo en la zona rural. Factores económicos, sociales y culturales han empujado a los jóvenes pobladores a buscar mejores oportunidades y sueldos fuera de sus comunidades de origen. La solución, podría residir en políticas estatales que aborden la tenencia de tierras, financiamiento para mejoras habitacionales y el desarrollo de proyectos productivos rentables.
El profesor Francisco Parada, oriundo de Bardas Blancas que forma parte de "una generación que para poder estudiar tuvo que emigrar" , analizó con SITIO ANDINO este fenómeno que no sólo se da en Malargüe, sino la Argentina y el mundo: la pérdida de vínculos y el sentido de pertenencia con la vida rural.
Este suceso, que Parada califica como "universal", se manifiesta en la búsqueda de la "urbanidad" por parte de las culturas campesinas. Si bien no es un fenómeno nuevo, ya que históricamente ha habido migraciones masivas, en Malargüe adquiere características particulares.
Embed - MALARGÜE: DESARRAIGO EN EL CAMPO MALARGÜINO.
Causas del desarraigo en Malargüe
Originalmente, a mediados del siglo pasado, Malargüe se caracterizaba por una fuerte impronta rural, sustentada en una economía agrícola-ganadera. Inicialmente, predominaban las grandes estancias dedicadas a la cría de ganado vacuno, como el emblemático caso de La Ortegina. Posteriormente, surgieron los puesteros, productores minifundistas que incorporaron la cría de ganado caprino y ovino.
El primer gran quiebre para muchos pobladores rurales se produjo con la irrupción de la minería en la década del '50, especialmente la producción de carbón. Esta actividad ofreció "trabajo asalariado, que genera otras cosas tener dinero periódicamente", permitiendo satisfacer necesidades básicas de una manera más estable.
A partir de la década del '70, la actividad petrolera se sumó como un factor determinante en el desarraigo. La expansión de esta industria "llegaba al campo", transformando las dinámicas laborales. A esto se sumaron otros factores económicos adversos para la ruralidad, como la caída en la demanda y el precio de la lanade oveja, debido a la competencia de productos sintéticos industrializados, y la disminución del valor del precio del chivito en puerta de corral.
CAMPO MALARGUE 2
Otros factores del cambio del campo a la ciudad
Francisco Parada añade una capa más profunda al análisis: a pesar de los esfuerzos por garantizar la educación en la zona rural, con la creación de establecimientos de Nivel Primario y luego Medio, "no se consolida la presencia de los chicos en el campo". La planificación familiar también juega un rol crucial, ya que los pocos matrimonios que aún residen en la zona rural "no tienen hijos", lo que limita la proyección de nuevas generaciones en el interior.
Actualmente, la población rural de Malargüe ha decrecido demográficamente, y la mayoría de sus habitantes son personas de edad avanzada.
Ante este panorama, Parada subraya que una parte significativa de la solución recae en el Estado. La implementación de políticas de arraigo efectivas, que contemplen la tenencia de tierras para los puesteros, el acceso a financiamiento para mejorar sus viviendas y el impulso de proyectos productivos, son aspectos fundamentales para revertir esta tendencia y fortalecer el futuro de las comunidades rurales de Malargüe.