Andrés Calamaro en vivo, en Córdoba: el poder las canciones
El gran músico argentino Andrés Calamaro está cerrando su enorme gira y lo más cerca que estuvo de Mendoza fue a 700 kilómetros. Allí estuvo Sitio Andino.
Andrés Calamaro se presentó en Córdoba y mostró su enorme jerarquía con canciones eternas. Foto: Calamaro Oficial
Andrés Calamaro se para respetuosamente frente a su público y le agradece la ovación. Abraza a sus compañeros y los vítores siguen. Y seguirán por muchos minutos más porque esa multitud no tiene otra forma más encantadora de agradecimiento que con el aplauso, fuerte y sincero.
Es que Andrés Calamaro ofreció dos horas de concierto en su paso por la Plaza de la Música de Córdoba en donde estuvieron sus más grandes éxitos combinados por canciones menos difundidas pero no por eso menos conocidas.
El público fue variopinto porque había seguidores de la época de Los Abuelos de la Nada hasta algunos que se sumaron con lo más nuevito del Salmón como “Cargar la suerte” o “Volumen 11”. Entonces padres, madres, hijos e hijas se unieron en una o en varias canciones para alegrar sus corazones.
Andrés Calamaro es un gran cancionista, de los mejores de la historia musical argentina. Letras concisas, directas, sencillas y pegadizas; rodeadas de melodías simples y bellas. Y su producción intensa hace que cientos de canciones vuelen por el imaginario popular y que sean parte de nuestro cancionero, del que cantamos bajito todos los días y a todo momento. Entonces, cuando aparecen momentos como el del jueves en el espacio cordobés, la liberación de gargantas y mentes permite que el canto popular sea a viva voz, sin vergüenza, con total entrega y desenfado, porque esas canciones, las que bajan del escenario, son “nuestras”.
Y arriba del escenario precisamente todo fluye de la mejor manera. Germán Wiedemer en teclados, Mariano Domínguez en bajo, Julián Kanevsky en guitarras y Martín Bruhn en batería son la compañía perfecta para que AC pueda lucirse con su guitarra (y algunos solos), en teclados o con distintos elementos de percusión (tan parecido a aquel querido Miguel Abuelo…).
Y así fueron apareciendo (en orden) Bohemio, Cuando no estás, Verdades afiladas, Para no olvidar, Me arde, All you need is pop, Tantas veces (con la presencia estelar de Zoe Gotusso), Rehenes, Los aviones, Maradona (con video incluido y muy cantada), Espérame en el cielo, Estadio Azteca / Gracias le doy a la Virgen, Tuyo siempre, La parte de adelante / Loco, Para siempre (de Ratones Paranoicos), Mi enfermedad, Sin documentos, El salmón, Flaca, Alta suciedad, Paloma y los bises Crímenes perfectos y Los chicos.
Después de dos horas, la caldera se apagó y quedaron resonando las canciones. Es tan importante la producción de Calamaro que puede hacer solo acordes de uno de sus grandes éxitos como “Mil horas” y no tocarlo o elegir temas de otros para hacerlos aún más grandes.
Calamaro canta bien, afina y -por momentos- desentona en algunos fraseos pero -créanme- nada de eso afecta a la entrega. Son tan buenas las canciones que aún desentonadas siguen siendo hermosas. Y el show nos abraza como para seguir caminado un tiempo más con mucha energía.