Luana Mesa Bello recibió el alta definitiva del Hospital Pediátrico H. Notti este viernes. Su historia es un ejemplo de superación, resiliencia y fortaleza.
Tras varios años de incansable lucha y optimismo, Luana, la pequeña oriunda de General Alvear, fue dada de alta este viernes del Hospital Pediátrico Dr. Humberto Notti. La noticia, acompañada de un festejo junto a sus allegados, trajo una enorme alegría a la familia y a la misma joven, que ganó su batalla contra el cáncer.
El pasado 6 de septiembre no fue un día más para Luana Mesa Bello, sino que se convirtió en una jornada de celebración y felicidad por haber dejado atrás cinco años de lucha con la confirmación del alta definitiva.
En septiembre de 2019, una desoladora noticia movilizó al departamento de General Alvear. Según explicaban diversos comunicados difundidos en redes y medios de la provincia, una pequeña de 6 años había sido diagnosticada con leucemia linfoblástica aguda y necesitaba ayuda para afrontar los gastos de su tratamiento.
A ello, se sumaba que Gisela Bello, madre de Luana, debía mudarse con su hija al Gran Mendoza para que la menor pudiera enfrentar este proceso de la forma correspondiente. “Esperamos 5 años para este momento. Los dos primeros años fueron los más cruciales y duros porque fue [cuando] nos tocó estar acá en Mendoza. Estar lejos de la familia, lejos de nuestro querido Alvear y de nuestra gente fue muy difícil”, rememora.
Aquellos primeros meses, el estado de salud de Luana era muy complicado. “Fue terrible, lo veíamos como [una situación muy difícil de afrontar y, bueno, transcurrieron estos 5 años. Gracias a Dios Luana está bien y la tengo con vida. Estamos muy, muy felices”, expresa la madre que también libró una incansable batalla para impulsar la Ley de Oncopediatría, que tuvo su aprobación en el Congreso en el 2022.
“Estoy super feliz porque ya tenemos el alta definitiva, porque estoy viva y puede superar el tratamiento”, expresó Luana.
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El 1 de julio de 2022, Luana, Gisela y cientos de madres y padres de pacientes oncológicos pediátricos recibieron con gran alivio la noticia de que la Ley de Oncopediatría, fue aprobada por unanimidad en el Senado de la Nación.
El dictamen especifica que el Sistema Público de Salud, las obras sociales y las prepagas deberán brindar al niño, niña y adolescente con cáncer una cobertura del ciento por ciento en las prestaciones para las prácticas de prevención, promoción, diagnóstico, terapéutica y todas aquellas tecnologías que pudieran estar directa o indirectamente relacionadas con el diagnóstico oncológico.
En adición, se determina que el Estado nacional deberá otorgar una asistencia económica equivalente al monto de la Asignación Universal por Hijo con discapacidad.
En este sentido, la alvearense reflejó su emoción de “los niños que hoy están atravesando el cáncer pueden disfrutar y utilizar esta ley”. “Fue un antes y un después. Cuando llegamos al hospital con Luana no existía y teníamos miles de derechos vulnerados; peleaba con muchísima burocracia tanto en la obra social como a nivel público”, recuerda.
Gisela reconoce que esta normativa “vino un poco a apaciguar y acompañar a los papás”. Asimismo, revela que en ciertas ocasiones, los padres que impulsaron la ley deben dialogar con los ministerios o cada una de las áreas pertinentes para “tramitar pasajes o alojamiento” en aquellos casos en los que la norma no se implementa correctamente.
No obstante, remarca que “lo importante de todo esto es que hoy muchos papás ya tienen el CUOP (Certificado Único Oncopediátrico) donde pueden empezar a disfrutar y a poder utilizar” los beneficios que dispone la ley, como ayuda económica.
En una habitación decorada con globos amarillos, un letreto de “Vencí al cáncer”, una torta y la presencia de sus seres queridos, Luana celebró en el Hospital Notti su tan ansiado alta médico.
Su largo proceso de lucha, signado con altibajos pero siempre con mucha fe y convicción, cambió para siempre a la pequeña y a su madre, quien asegura que ya no será la misma.
“Se puede, sé que cuesta, no les voy a decir que es fácil pero se puede. Luana es un claro ejemplo de ello. Hay que luchar y tener mucha fe, sobre todo estar a disposición de los médicos y hacerles caso”, señala la mujer, quien reconoce que si bien “hay momentos muy duros y de mucho dolor” también hay “etapas hermosas”.
Luana, que tenía solo 6 años al momento de comenzar este camino y, ahora, le pone punto final llegando a su adolescencia, envía su mensaje a aquellos niños que atraviesan este duro momento.
“Sean fuertes, todo se puede. Son unos guerreros y van a lograrlo pronto”, aseguró, con una sonrisa tímida y esperanzadora.
“Mi vida nunca más va a ser igual. Hay un antes y un después desde la enfermedad. Nosotras éramos otras y hoy por hoy tenemos otra expectativa, miramos al del costado al de atrás, acompañamos a todos y cada uno de los niños que atraviesan esta enfermedad”, detalla Gisela.
Al respecto, la alvearense explica que en varias ocasiones se ofrece para contener a los niños de su Alvear natal que transitan este diagnóstico. “Trato de estar con ellos, de acompañarlos desde la experiencia. Esto es parte de nuestra historia de vida, de Luana y mía y nada va a volver a ser igual”, concluye.
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