La policía detuvo este jueves al presunto cómplice del delincuente que asesinó a balazos a un policía retirado durante un asalto en Guaymallén, donde ese ladrón también resultó muerto.
La policía detuvo al cómplice del ladrón que asesinó al policía retirado, durante un robo en una casa de Guaymallén.
Larraín será imputado por homicidio y quedará preso.
La policía detuvo este jueves al presunto cómplice del delincuente que asesinó a balazos a un policía retirado durante un asalto en Guaymallén, donde ese ladrón también resultó muerto.
El sospechoso detenido ahora es Jonathan Leandro Larraín (30), quien había escapado de la escena tras el robo en el que se produjeron las dos muertes mencionadas.
Larraín fue atrapado tras un allanamiento en el barrio Chacras de Ortega, en Maipú y ahora quedó a disposición de la fiscal Claudia Ríos.
Según informaron fuentes policiales, la captura se concretó tras una serie de tarea investigativas de las que participó personal de la División de Homicidios y el departamento de Asuntos Cibernéticos.
Con la información recolectada, en las últimas horas la justicia autorizó el allanamiento y efectivos de investigaciones concretaron la captura del sospechoso, quien ahora será imputado y enviado a la cárcel.
Larraín era buscado desde horas posteriores al hecho ocurrido el 1 de septiembre de este año, en una casa de calle Godoy Cruz al 10.600, en Guaymallén.
Ese día dos delincuentes irrumpieron en una casa y atacaron a toda una familia. Héctor Enrique Pelayes, la víctima y ex miembro de la fuerza de 60 años, se encontraba en el baño cuando se percató de lo que estaba ocurriendo.
En ese momento, salió y buscó un arma que tenía en su poder para enfrentar a los delincuentes, que estaban encapuchados.
Producto de esto, los sujetos intercambiaron disparos y tanto Pelayes como uno de los asaltantes, Roberto Rolando Pereyra (36), murieron. Por su parte, se cree que el otro ladrón era Larraín, quien escapó.
El hecho generó una fuerte conmoción y un fuerte debate sobre la situación en la que se encontraba Pereyra, debido a que había accedido a la libertad condicional cuando cumplía una condena por otro homicidio.
Tal es así que el propio gobernador salió a cuestionar al juez que ordenó ese beneficio, Sebastián Sarmiento.