Bodega Fin del Mundo lanzó un country del vino en Vaca Muerta
Lejos de la disputa por el "fracking" en la explotación petrolera y el contrato polémico con Chevron, la bodega neuquina lanzó un proyecto inmobiliario ambicioso.
La Bodega del Fin del Mundo, controlada por los empresarios Julio Viola y Eduardo Eurnekian, anunció el lanzamiento de su proyecto Clos del Fin del Mundo, que ofrece la posibilidad de adquirir 3 hectáreas de viñedos en la localidad neuquina de San Patricio del Chañar, ubicada a menos de 100 kilómetros de la base de operaciones que llevan adelante las petroleras YPF y Chevron.
Lejos quedó en Neuquén la polémica por el uso de la técnica del "fracking" o "fractura hidráulica" en la explotación de hidrocarburos no convencionales que se llevará adelante en la zona y la polémica desatada por el contrato entre Chevron e YPF para explotar una parte de la formación Vaca Muerta en esa provincia del sur. Más allá de todo, las inversiones vitivinícolas se mantienen, complementandose con apuestas inmobiliarias en un combo que ya se viene desarrollando en Mendoza.
El modelo de negocios es similar a los de una decena de countries del vino surgidos en los últimos dos años, principalmente en la provincia de Mendoza, y en los que los propietarios de las parcelas pueden optar por vender su producción de uva a la bodega o bien elaborar sus propios vinos dentro de las instalaciones de la empresa, informa hoy La Nación.
En La Bodega del Fin del Mundo aseguran que, lejos de ser un obstáculo, la cercanía con el megaproyecto petrolero representa una gran oportunidad comercial.
"Se trata de una gran oportunidad económica para toda la región. La explotación petrolera va a traer muchas inversiones a la región y la tecnología está cada vez más avanzada, con lo cual no vemos ningún peligro desde el punto de vista ambiental", aseguró Julio Viola, que sostiene que el este de la provincia de Neuquén puede convertirse en una especie de "Arabia Saudita de la Patagonia", de la mano de la explotación de los hidrocarburos no convencionales.
El proyecto de Clos del Fin del Mundo contempla el desarrollo de 36 lotes que en total suman 120 hectáreas.
Cada propietario tendrá 2,5 hectáreas plantadas con viñedos y otra media hectárea para construir su casa. El costo de la parcela es de 350.000 dólares y la producción se calcula entre 15.000 y 20.000 botellas anuales.
Extender la frontera vitivinícola Bodega del Fin del Mundo se encuentra en la Patagonia Argentina, en San Patricio del Chañar, Neuquén, un sitio dominado hace algunos años por el duro desierto patagónico, hoy convertido en un oasis de vida, donde los viñedos otorgan uvas de gran calidad, ideales para la elaboración de vinos de alta gama.
Los orígenes del proyecto hay que buscarlos allá por 1996, cuando con el sustento de un clima ideal para el cultivo de la vid y un equipo de profesionales altamente capacitados y comprometidos, comienza el desafío de convertir 3.000 hectáreas de estepa patagónica en un vergel.
Las plantaciones iniciales fueron realizadas en 1999. Desde entonces se plantaron 2.000 hectáreas de viñedos, de las cuales 870 conforman el proyecto de bodega propio hoy conocido como Bodega Del Fin del Mundo. Cabe destacar que todas las bodegas que se encuentran en San Patricio del Chañar nacieron a partir de este proyecto conformadas por las restantes hectáreas.
Esta nueva región vitivinícola se encuentra ubicada al norte de la Patagonia, a 60 km. de la ciudad de Neuquén. Esta área cuenta con suelos y climas aptos y agua disponible, que le permiten adquirir diferencias en cuanto a la calidad de las uvas y los vinos que de ellas se elaboran. Constituye uno de los viñedos más australes del mundo.
La gran amplitud térmica (mayor a 20º C), escasas precipitaciones (180 mm anuales) y baja humedad son condiciones determinantes para la calidad de los cultivos. Además, este tipo de clima permite una maduración lenta y armoniosa de las uvas, lo que posibilita una óptima relación entre azúcares y acidez, y excelente coloración.
Bodega Del Fin del Mundo es asesorada desde 2004 por el francés Michel Rolland, considerado uno de los mejores enólogos del mundo. Su labor es integral en todo lo que tiene que ver con la producción: manejo de viñedos, elaboración, punto de cosecha, técnicas de recepción de uva, armado de cortes, estilo de vinos. Viaja a la bodega entre 5 y 6 veces al año y su experiencia influye decididamente en todos sus productos.
Bodega Del Fin del Mundo se inauguró un 12 de Abril de 2003 marcando un hito no menor en la historia de la vitivinicultura argentina. Una nueva región vitícola y productora de vinos de alta gama nacía en el país modificando así y para siempre el mapa productivo nacional.