La oposición llevó la no actualización por inflación del impuesto a las Ganancias como una de sus banderas para captar votos en las PASO celebradas el 11 de agosto. Y el resultado de los comicios le dio la razón y abrió el debate, incluso en el oficialismo, para lo que serán las legislativas el próximo 23 de octubre.
La disputa que se abre es mantener y acrecentar la caja, permitiendo que el Estado recaude cada vez más, pero con el riesgo de generar un mayor descontento social entre quienes ven cómo su salario se reduce como consecuencia del pago de este impuesto. En el medio de esto pueden haber parches o soluciones más de fondo de aquí a octubre.
Es que el pago del impuesto a las Ganancias ya alcanza al 31,5% de los asalariados en blanco de la Argentina. Esto representa que casi 1 de cada 3 trabajadores formales en el país pierde parte de su salario (y su poder adquisitivo) por el pago de este impuesto. Y esto se da por el simple hecho de que el mínimo no imponible no se ha actualizado pese a que los salarios vienen aumentando a un ritmo del 25% anual o más como consecuencia de los ajustes por inflación que se negocian año a año en paritarias
Los salarios suben por inflación, pero el mínimo ni las escalas se ajustan, por lo que aumenta año a año la cantidad de asalariados que pagan este impuesto y sube cada vez más lo que tienen que pagar cada uno de ellos.
En la Argentina hay unos 7,1 millones de asalariados en blanco. Sobre esta cantidad, se estima que hoy pagan Ganancias el 31,5%, según destaca un estudio del IERAL de la Fundación Mediterránea.
Para tener una idea de la distorsión generada sirve recordar que en 2003 pagaban este impuesto sólo el 8,3% de los asalariados en blanco. En 2007, la proporción bajó al 7,3%, mientras que desde entonces (coincide con la aceleración inflacionaria) la proporción fue subiendo hasta alcanzar en 2012 al 31,5% del total de trabajadores formales, destaca el IERAL en su informe.
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La presión impositiva se ha extendido tanto, que ya no sólo pagan Ganancias los sectores de mayores ingresos. Según el IERAL, en 2003 eran alcanzados por el impuesto prácticamente sólo asalariados formales pertenecientes al 20% de la población con mayores ingresos, mientras que en 2012 aportaron al fisco por esta vía trabajadores de todos los quintiles, inclusive un 9,4% de los trabajadores del segundo quintil de asalariados con menores ingresos de la población. Igualmente fueron alcanzados el 21,2% de los asalariados del tercer quintil y el 31,5% del cuarto, estratos típicamente de clase media.
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Por actividad
También se ha extendido el alcance del impuesto a las Ganancias en los distintos sectores de la economía, aunque hay algunos, los de mejores salarios, donde la mayor presión fiscal hace estragos.
No hay datos oficiales. Ni la AFIP ni Anses informan sobre cuántos asalariados formales pagan Ganancias en la Argentina. Pero sí hay aproximaciones. Y en este caso sirve el trabajo del IERAL. Es que según el nivel de salarios promedios por actividad, en 2012 habrían pagado impuesto a las Ganancias un 60,0% de los asalariados formales del sector de Minas y Canteras (minería y petróleo) y el 57,2% de los empleados del sector financiero (bancos).
No obstante, también se habría alcanzado al 25,7% de los trabajadores del Comercio y a un 21,9% de los asalariados registrados en la Construcción. En contraste, se observa desde el IERAL que para el 2007, sólo habrían sido alcanzados el 3,6% de los empleados formales del Comercio y un 3,9% en Construcción. Asimismo, en la Industria Manufacturera, en 2012 habrían tributado un 33,8% de sus asalariados formales, cuando en 2007 lo habrían hecho solo el 8,0% del total.
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Asimismo, no hace falta ser un profesional encumbrado para pagar Ganancias. Hoy en la Argentina, un operario sin especialización ya paga este impuesto.
Hasta 2007, los asalariados formales alcanzados por Ganancias eran básicamente aquellos que desempeñaban ocupaciones que requerían destrezas profesionales, mientras que en 2012 un 34,9% de los asalariados formales en cargos técnicos y un 28,7% de los operarios habrían sido alcanzados también por este impuesto, destacan desde el IERAL.
Inclusive, alerta el estudio, este último año habrían también resultado contribuyentes del impuesto un 8,4% de los asalariados que se encuentran ocupados en estamentos productivos que no requieren de calificaciones específicas. Desde otro ángulo, mientras en 2003 un 20,1% de los asalariados que pagaban ganancias eran Operarios, dicha participación en 2012 subió hasta un 47,7% del total, habiéndose contraído significativamente la participación de los puestos requirentes de habilidades profesionales entre los que tributan, desde un 43,1% en 2003 al 23,7% en 2012.
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