En asamblea, accionistas de Impsa discuten su plan de trabajo 2022 y cómo volver a "internacionalizarse"

Por Miguel Flores.

A casi 10 meses de su reestructuración, Impsa va por su primera asamblea de accionistas del año, que a priori, no será una más. Luego de cerrar su balance financiero de un 2021 signado por el aporte de capital del Estado nacional y el provincial, en el orden del día se destacan los proyectos a los que apuesta para reencauzar su actividad este año, y también la pretensión de contar con las garantías del Gobierno para volver a "internacionalizarse".

Es que, sin lugar en la pauta de gastos oficial para el 2022, tener avales financieros suficientes no es un detalle menor. Determina la posibilidad de volver a salir al mundo, o no. Y para eso se obliga a buscar alternativas, con algunos contratos que vienen ejecutándose desde antes del rescate financiero que encararon Provincia y Nación, otros recién firmados, como con la australiana Fortescue, y algunos en carpeta.

En ese sentido, para la cúpula de Impsa la asamblea a realizarse durante el viernes 29 es un "acto formal" necesario para refrendar lo decidido durante la última reunión de directorio, que elevó su balance financiero a la CNV (Comisión Nacional de Valores). Mientras, la histórica planta de Godoy Cruz quiere empezar a "moverse" como en sus mejores épocas. 

"Aunque son chicos, no hemos parado de ganar proyectos durante el primer trimestre. Basta ver los talleres trabajando. Y habrá más buenas noticias pronto", confían desde el seno de la compañía, para demostrar que la capitalización de u$s 20 millones la fortaleció, y a la vez generar un buen clima de cara a la asamblea.

Contexto actual: en busca de avales y con proyectos a mano

Si bien el 85% del paquete accionario desde junio está bajo control público (63,7% de acciones clase C para Nación- 21,2% Mendoza), a la firma fundada por la familia Pescarmona le urge mejorar sus números. El balance al 16 de marzo (con 8 meses de gestión estatal) evidencia un "rojo" de más de $4.600 millones producto de un deterioro patrimonial y el impacto de la inflación que busca revertir con más trabajo.

De acuerdo al detalle que debe votar la asamblea, mientras a fines del 2020 su patrimonio orillaba $14.600 millones, al terminar el 2021 había caído a $8.645,9 millones. Haber ganado $195 millones en ese lapso no alcanzó para revertir la pérdida global, que apenas se redujo de los $4.803 millones iniciales si se cuentan impuesto a las Ganancias y ajuste inflacionario.

Por eso, ante la indefinición en torno al megaproyecto de Portezuelo del Viento, ahora Impsa se aferra a las iniciativas que ya tenía en marcha (las turbinas para la represa Yaciretá y el reactor nuclear Carem). 

Entre lo más reciente, figura un par de proyectos en San Juan, como la modernización de la central sanjuanina de Ullum (casi u$s 4 millones) y la construcción de El Tambolar, de 70 kilovatios de potencia (u$s 54,6 millones). Y entre enero y febrero firmó con YPF para fabricar un reactor de hidrosulfurización y 3 hornos para la refinería de Luján.

En la asamblea formalizará ante los accionistas el contrato firmado recientemente con la firma australiana FFI (Fortescue Future Industries) que la convirtió en proveedora de mástiles para los aerogeneradores del proyecto de hidrógeno verde en Río Negro. Sus popes llegaron a Mendoza para visitar la planta y chequear "in situ" los avances a principios de abril.

Ahora bien; más allá de la inyección de fondos frescos en 2021 ¿qué tan importantes son los avales financieros? Bastante, porque abren puertas para ganar licitaciones, entre las que está la extensión por 60 meses la ejecución de la represa de Tocoma en Venezuela, algo en lo que Impsa tiene experiencia pero que el default de casi 6 años (2014-20) debilitó.

Tras la emisión de acciones Clase C se preveía que irían incluidos en la aprobación del Presupuesto nacional 2022, lo que no ocurrió. Por eso, desde Impsa admiten que "hay que conseguirlos de alguna forma", pero confían en su sistema financiero interno: el grueso de los ex accionistas controlantes privados son bancos como BICE (Banco de Inversión y Comercio Exterior) y el Nación, las patas de la mesa en las que se quiere apoyar la firma para salir al mundo.

Cambios en la representación de la Provincia

Lo cierto es que de cara a la asamblea ordinaria de accionistas la Provincia renueva figuras. Desde junio pasado, el sillón para Mendoza dentro del directorio lo ocupa el presidente de Emesa, Pablo Magistocchi, pero ya se decidió un enroque entre quienes defienden el 15% de sus acciones.

El hasta ahora representante por las acciones Clase C, Marcelo Japaz (un "todoterreno" del Ejecutivo mendocino, que también preside la empresa provincial de la lucha antigranizo), pasa a asumir la suplencia de Magistocchi. En su lugar, debutará en la asamblea el actual jefe de Legales del Ministerio de Economía provincial, Gustavo Boullaude.


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