El ambiente en el penal Almafuerte se alteró al despuntar el alba, durante las primeras horas del Viernes Santo. Sucedió tras una pelea entre internos alojados en la misma celda, cuando uno de ellos fue asesinado.
El ambiente en el penal Almafuerte se alteró al despuntar el alba, durante las primeras horas del Viernes Santo. Sucedió tras una pelea entre internos alojados en la misma celda, cuando uno de ellos fue asesinado.
La guardia del lugar dió parte del hecho a las 7:10 de la mañana. A esa hora Lucas Dimura Cimino, de 23 años, ya había perdido la vida a manos de Juan Gabriel Ortiz, de 28, quien resultó herido en su párpado y en la región intercostal derecha, según lo descripto por un testigo al personal penitenciario interviniente en la requisa.
Minutos antes, el médico Rubén Pessimenti había intentado asistir a Dimura, que yacía tendido en su cama, sin éxito. Pero Ortiz ya había sido señalado como su homicida.
La víctima llevaba en el presidio 3 años y cinco meses, más de la mitad de la pena a la que había sido sentenciado. En 2018 había recibido una condena de 5 años y 9 meses, por el delito de robo agravado por ser cometido en poblado y en banda en grado de tentativa.
A raíz del hecho, se ordenó "separar a las partes preservando las extremidades superiores". Asimismo, en las actuaciones de rigor se dejó constancia que en el área del sector 6, a la que pertenece la celda que ocupaban Ortiz y Dimura, está monitoreada por cámaras de seguridad, cuyo material audiovisual fue solicitado por el ayudante fiscal que tomó parte del caso para corroborar cómo se produjo el homicidio.