Día del Cartero Argentino: "Mi vida ha sido la calle"
Claudio Altamirano
Así describió su oficio Ramón Villar a sus 76 años. Había ingresado al Correo Argentino en 1970 y se jubiló 44 años después. El reconocimiento a su labor por parte de la sociedad malargüina se plasmó cuando a mediados de los '90 recibió el Premio Cóndor.
El 14 de setiembre se conmemora en la República Argentina el Día del Cartero, en honor a Bruno Ramírez, el primer ciudadano en desarrollar este oficio en nuestro territorio, en el año 1771.
En Malargüe este trabajo tiene decenas de nombres y rostros a lo largo de la joven historia del departamento, desde aquellos que lo hicieron el siglo pasado, a los actuales que se desempeñan en distintos correos.
Uno de esos trabajadores, hoy disfrutando de su jubilación, es Ramón Villar, que recibió a SITIO ANDINO en su hogar, el que comparte con su familia en Barrio Parque.
Ramón, que forma parte de la historia viva de Malargüe, es respetado y querido por miles de malargüinos, por el recuerdo que dejó a través de su simpatía y compromiso que plasmaba en su labor que se extendió por cuarenta y cuatro años.
En diálogo extendido contó de sus inicios en el Correo Argentino, cuando a caballo unía la ciudad de Malargüe con la estafeta de El Sosneado, en el departamento de San Rafael, o las jornadas bajo la lluvia, viento o nieve por las viejas y polvorientas calles en los '70.
Dialogar con Ramón Villar nos permite hacer un viaje en el tiempo, a esos años románticos y fantásticos de Malargüe, en el que todos se conocían, y sin dudarlo estrechaban una mano, un abrazo o extendían su ayuda. Por sus ojos pasaron las modas de los 70', los avances de los 80' y la reconversión de '90.
"Ser cartero es algo que te nace de adentro, es hacer el trabajo con cariño, con responsabilidad, cumplir bien con los vencimientos, con todo, no llegar y tirar una carta en la reja, yo jamás tuve un problema, al contrario", dijo Ramón con la alegría y frescura que lo caracteriza.