Presupuesto, obras prometidas y cables pelados entre el PRO y la UCR

En público, el gobierno de Alfredo Cornejo tomó la decisión de no hacer olas con la ausencia de fondos para la doble vía. Pero en privado trina. Al punto que algunos funcionarios irán a la Rosada con el reclamo airado recordándole al presidente que fue él quien anunció la obra en enero pasado

La que arranca será una semana que marcará un período de alto voltaje en la discusión política. Porque no sólo el gran tema de las tarifas del gas y electricidad tendrá en vilo a medio país esperando que el gobierno de Mauricio Macri, tras la formalidad de la audiencia de este fin de semana, defina el porcentaje de aumento que podría orillar el 200 por ciento promedio para el caso del gas, sino porque además los gobernadores se concentrarán en el detalle fino del contenido del presupuesto nacional 2017 cuya discusión comenzará este martes en Diputados.

Mendoza, como ya se dijo por todos lados, tiene la promesa del gobierno nacional de que recibirá unos 3.500 millones de pesos para el año que viene en diversas obras de gran importancia como la Portezuelo del Viento que verá, de cumplirse, el demorado inicio de obra para fines del próximo año; tendrá otras de relativa trascendencia, pero también ignoradas como la prometida doble vía a San Juan que sólo cuenta con 9,7 millones de pesos en la pauta de gastos.

En público, el gobierno de Alfredo Cornejo tomó la decisión de no hacer olas con la ausencia de fondos para la doble vía. Pero en privado trina. Al punto que algunos funcionarios irán a la Rosada con el reclamo airado recordándole al presidente que fue él quien anunció la obra en enero pasado en un acto en donde no se privaron, ni Macri ni mucho menos Cornejo, de destinarle justificadas críticas al gobierno de Cristina Fernández por haberse burlado en más de una vez de los mendocinos al anunciar, prometer y asegurar emprendimientos multimillonarios que quedaron en nada. Allí está el gas para Malargüe, la plata (que no existe) para la construcción de Los Blancos y, por ende, la doble vía de la ruta 40 en el tramo Mendoza San Juan.

Siguiendo las directivas implacables del gobernador, no hubo una sola voz del oficialismo que se levantara advirtiendo el desplante de la Presidencia plasmado en el presupuesto. Pero de la alicaída oposición peronista, resultó ser el diputado Rubén Miranda quien se manifestó con alguna crítica por esos magros 9 millones de pesos para una obra que puede que termine costando alrededor de 3 mil millones.

Junto con la habitual pulseada por los fondos presupuestarios que todos los años existe y de la que triunfan o salen airosos los despiertos, muchos vivillos, hábiles negociadores y poderosos lobistas, puede que por estos días comience, en verdad, el movimiento por la proyección electoral para la batalla legislativa del año que viene.

Macri no dejará de aplicar su estrategia de seducción hacia gobernadores y dirigentes de la oposición, peronistas claro está, a los que necesita como aliados y también para mantener viva la demacrada figura de la ex presidenta a la que sueña con verla como candidata en la provincia de Buenos Aires en el 2017 dividiendo las aguas de un peronismo que, fragmentado, no vale nada y que mucho le conviene a Cambiemos, pero que junto, aunque revuelto, se transforma en una máquina que amenaza con golpear su necesidad de que la elección ratifique su triunfo de noviembre del 2015 y se transforme en un liso y llano plebiscito de gestión, entre la tierra arrasada de la última década y las continuas promesas de cambio a futuro.

Esa seducción hacia los peronistas ha dejado algunas heridas en los socios radicales del presidente. Los tres gobernadores de la UCR han dejados sus quejas en la Rosada por esa metodología que, dicen, termina por perjudicarlos. Morales, de Jujuy y Colombi de Corrientes han sido los más enfáticos; o al menos lo han sido sus legisladores y operadores. Cornejo, en cambio y en público se ha mantenido cumpliendo la estrategia de no hacer olas y concentrarse en la reacomodación del Estado en la provincia. Pero tampoco desconoce los gestos, a veces grandilocuentes, hacia el lujanino Omar de Marchi a quien el PRO puede que le de aire, en cantidad suficiente, para posicionarlo con vistas a la sucesión de Cornejo.

La postergada conformación de la Mesa Nacional de Cambiemos está trabada precisamente por los constantes coqueteos del presidente hacia los dirigentes opositores en las provincias. Todos los martes a las 15, religiosamente, Marcos Peña, Rogelio Frigerio, Sebastián García de Luca y Francisco Quintana por el PRO junto a Mario Negri, José Corral y Ángel Rozas por la UCR se juntan e intercambian opiniones sobre las diferencias entre los socios de la coalición.

En la última, los radicales dejaron en claro el fastidio por la obsesión macrista de adosarle una pata peronista a la estrategia electoral del año próximo. Los radicales no quieren que les pase en el 2017 lo que ven que les puede ocurrir en Córdoba, en donde los funcionarios del PRO llegan a la provincia gobernada por Juan Schiaretti con permanentes ofrecimientos y promesas, dejando al radicalismo mediterráneo como invitado de piedra y casi sin chances de mejorar su comportamiento electoral si Macri y el peronismo cordobés acuerdan una alianza.

El objetivo es constituir la Mesa Nacional de Cambiemos, pero los radicales han puesto sus condiciones: hasta tanto no se acuerde un camino en común y se resuelva la estrategia macrista de coqueteos y de seducción a peronistas no se avanzará en nada. El objetivo es evitar el quiebre y que tanto el PRO como los radicales se enfrenten en las primarias logrando más desgaste y debilidad y que fortalezas.

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