El pliego de Miriam Gallardo para la Suprema Corte fue rechazado y así el oficialismo perdió en una de sus mayores batalla de este año: colocar a una compañera en el máximo tribunal de la provincia, un cargo de por vida y altamente necesario para definir disputas políticas.
Este resultado significa que otra vez, al igual que en la ley de Educación, el PJ no logró hacer valer su mayoría en el Senado y algunos legisladores de su sector votaron en contra de los intereses del oficialismo. También significa que la UCR, otrora dividida por todos lados, votó en bloque y acató la orden de Alfredo Cornejo, el candidato a gobernador, de rechazar los pliegos.
De esta manera, mientras en la Legislatura las caras de los peronistas (incluido en vicegobernador Carlos Ciurca) no eran de muy buenas noticias, otros dirigentes políticos tienen motivos para celebrar lo que pueden considerar un triunfo político.
El primer ganador de la jornada es Alfredo Cornejo, intendente de Godoy Cruz y candidato del frente Cambia Mendoza, quien consiguió el rechazo de Miriam Gallardo como candidata a la Corte contra todos los pronósticos y mantuvo unida a la tropa radical. Es que la UCR no contaba con mayoría para rechazar a la concejal de Maipú, pero igualmente se salió con la suya aprovechando las internas del peronismo.
Así, como si todo estuviera preparado de antemano, pocos minutos después de conocido el rechazo a Gallardo (y mientras los legisladores discutían sobre volver a votar o no), Alfredo Cornejo llegó a la Legislatura y posó para las cámaras con fuertes críticas al oficialismo. La cara visible de la oposición en Mendoza se puso al frente del reclamo radical para que no volviera a votarse y hasta se dio el lujo de estar presente cuando Carlos Ciurca salió del recinto y admitió la derrota de su partido en el bolillero.
Pero no sólo la oposición capitaliza y sale ganando de esta derrota del oficialismo en el Senado. El otro dirigente que esboza una sonrisa cómplice es el candidato Matías Roby, totalmente alejando del PJ y en especial de su ex amigo Francisco Pérez.
Sucede que si bien la votación es secreta, está claro que los 2 votos peronistas que complicaron la designación de Gallardo vienen por parte de los senadores gremialistas, aliados a Roby. De esa forma, la pelea entre Roby y Pérez ya no sólo es mediática: ahora se cobró la posibilidad de que el gobernador coloque a un compañero en uno de los cargos más importantes del Estado.