Hace 7 años se gestó en el Grupo Codorniu-Raventós, casa madre de Bodega Séptima, el proyecto Gran Crew. El trabajo consistió en encontrar en cada país micro-parcelas únicas de cada finca propia. Luego de 14 años de trabajo en Agrelo, Mendoza y con de más de 450 años de historia y experiencia, la bodeba mendocina presenta su vino ícono Séptima Gran Malbec 2009.
La elección del mejor lote de Malbec de la bodega, el riego controlado en búsqueda del equilibrio de las vides, solo un racimo por planta por botella, la cosecha manual al amanecer y el trabajo minucioso en la elaboración combinando distintos métodos fermentativos, dan como resultado este Gran Malbec con personalidad intensa y argentina.
El vino es resultado de 24 meses de paso por barrica de roble francés de primer uso y micro-vinificaciones en tanques de 1000 litros. Una vez concebido el resultado final, creció en botella durante más de 36 meses antes de salir al mercado.
La añada 2009 fue de altísima calidad en la zona de Agrelo, afirman desde la bodega.
Sólo 2.000 botellas numeradas de un vino de color púrpura intenso, aromas florales y fruta negra, taninos firmes y maduros que se suman a una fina acidez que equilibra su elegante concentración.
La etiqueta, es un homenaje a las piedras de la bodega, que en forma de pirca, refugian y protegen a sus vinos.
Su valor sugerido es de: $980
Séptima es la bodega argentina del Grupo Codorníu Raventós. De raíces catalanas perteneciente a la Familia Raventós - quienes elaboran vinos desde 1551-, cuenta hoy con ocho bodegas en territorio español, una en Napa Valley, California, USA y Séptima en Argentina. La misma se ubica en Agrelo, Lujan de Cuyo, Mendoza.
La bodega, de 5.500 m2 y con una capacidad de 3.500.000 litros, fue realizada con la técnica pirca-utilizada por los Huarpes para levantar muros y viviendas que consistía en apilar piedras naturales.
Todos los viñedos utilizan el sistema de riego asistido por goteo, que permite el control preciso de la humedad del suelo mediante censores y la modificación de la misma en cada sector, garantizando una vitivinicultura de precisión en términos de calidad y medio ambiente.
Quienes visitan la bodega, tiene la posibilidad de almorzar allí con reserva previa en las terrazas del Restaurant María y vivir el viñedo a través de sus visitas guiadas.