Primero se falseó la inflación. Como consecuencia de ello, se minimizó la pobreza y la indigencia. Más tarde se trucheó el déficit fiscal y en consecuencia el crecimiento y la tasa de desempleo. El último y nuevo eslabón de esta cadena de mentiras son las reservas. En 2014, el BCRA comenzó a falsear la información pertinente al stock de sus reservas. No es nada nuevo; es lo mismo de siempre. Cuando un dato de la realidad no le gusta al gobierno, en lugar de atacar las causas del, por el contrario escoge adulterarlo o falsear los números para disfrazar la realidad.
Para Diego Giacomini, de Economía & Regiones, no hay dudas de que el Banco Central de la República Argentina (BCRA) está "maquillando" la cantidad de reservas. "Actualmente, el Banco Central está sobredimensionando artificialmente el stock para prevenir una corrida y así intentar preservar la actual estabilidad financiera", asevera. ¿Cómo juega el swap con China y el default a la hora de calcular la verdadera cantidad existente?
Actualmente, el Banco Central está sobredimensionando artificialmente el stock de sus reservas para prevenir una corrida y así intentar preservar la actual estabilidad financiera con el objetivo de llegar con gobernabilidad y poder al 10 de diciembre próximo.
Puntualmente, el maquillaje de reservas se potenció el año pasado cuando se activó el swap de monedas con China, y así se empezó a contabilizar como reservas el pago de la deuda a bonistas que por razones legales no pudo ser cobrado por los acreedores y en consecuencia siguen siendo contabilizados como activos del BCRA cuando en realidad no lo son.
Concretamente y en números, el swap con China y el nuevo default con los bonistas generan actualmente un maquillaje de las reservas del orden del 16%, ya que permiten contabilizar como reservas unos U$S3.100 millones (swap China) y U$S1.300 millones (bonos en default) que en realidad no son activos del BCRA. Restando ambos conceptos, las reservas totales caen a U$S26.874 millones.
Si a este monto le restamos la deuda contingente con el Bank for International Settlements (BIS), el banco de Francia (U$S1.500 millones) y también los depósitos en dólares del público que se encuentran encajados en un 100% en la cuenta corriente que lo bancos tienen en el BCRA, las reservas liquidas en dólares que efectivamente son activos del BCRA ascienden tan sólo a U$S16.366 millones a fin de 2014. Es decir, con el paso del tiempo las reservas del Banco Central no solo se reducen en monto, sino en calidad de las mismas.
Las consecuencias de la caída y el deterioro de las reservas se magnifican porque Argentina no tiene acceso al crédito y por ende paga con reservas su deuda pública nominada en moneda dura. Es decir, en el marco de la política oficial de desendeudamiento, la caída y deterioro de las reserva afecta negativamente las capacidad de pago futura de las obligaciones soberanas; de ahí la importancia de acordar con los holdouts, normalizar toda la deuda y poder volver a tener acceso al crédito internacional (como todos los países normales del mundo).
Concretamente, a fin de 2014 las reservas liquidas solo alcanzan para afrontar poco más de un año y medio de servicios de deuda pública nominada en moneda extranjera, cuando en 2008 las reservas liquidas alcanzaban para solventar 5 años de intereses y amortizaciones de deuda pública nacional en moneda extranjera.
¿Por qué restamos estos cuatro conceptos de las reservas del Central?
I. Swap chino: El convenio de intercambio de monedas permite elevar de manera artificial y transitoria el valor de las reservas ya que los yuanes recibidos ahora, son a cambio de futuras exportaciones de soja que nuestro socio comercial nos las abonara con Pesos Argentinos obtenidos del intercambio. Además este endeudamiento en yuanes vence en un plazo de 12 meses y conjuntamente implica un costo financiero no menor (rondaría los U$S250 millones).
II. Bonos en default: Computar como reservas de libre disponibilidad un dinero que ya tiene un fin especifico, cumplir los compromisos con los acreedores que ingresaron al canje de los años 2005 y 2010, desfigura la real solvencia del Banco Central.
III. Pasivos BIS, Banco de Francia y otros: Incluir en las reservas activos generados por endeudamiento de corto plazo con entidades multilaterales de crédito es otro mecanismo de elevar ficticiamente las reservas y que inmoviliza otros activos del Central en concepto de garantía del préstamo.
IV. Encajes cajas de ahorro en dólares: Incluir como reservas liquidas encajes por depósitos en moneda extranjera puede ser razonable en una economía estable que no afronta una crisis de balanza de pagos y cepo cambiario. Informarse sobre el real valor de las reservas ante una eventual corrida de depósitos en dólares (la mayoría en cajas de ahorro) es una prueba importante para conocer la real solvencia de la máxima entidad monetaria de la Argentina.
¿Por qué nos quedamos sin reservas?
-Principalmente porque el Gobierno nacional las utilizó para pagar la deuda pública en el marco de una mal denominada "política de desendeudamiento". Hay que tener en claro que esta política no desendeudó al sector público nacional (SPN), sino que sólo cambio de prestamista. Se prefirió deberle al BCRA, generando fuertes problemas monetarios, financieros y económicos, en lugar de hacer lo que hacen todos los países del mundo: concurrir al mercado de capitales para financiar infraestructura y refinanciar deuda. Es más, con la mal llamada política de desendeudamiento, la deuda pública bien medida del Gobierno nacional continuó aumentando, vis a vis con el incremento del déficit fiscal.
Las cifras son elocuentes, sostiene el economísta Diego Giacomini. El Gobierno nacional gastó (utilizó) reservas liquidas del BCRA por U$S54.091 millones entre 2003 y 2014. A cambio de este préstamo en dólares, el BCRA ya suma títulos públicos en cartera por U$S56.309 millones; cuando tenía solo U$S2.655 millones en el año 2002. Es decir, con la política oficial de desendeudamiento el Gobierno nacional deterioró fuertemente el activo del BCRA, obligándole a cambiar U$S54.000 millones por U$S54.000 millones de papelitos que no cotizan en mercado y son intransferibles. Es más y poniéndolo en números, de no haber existido política oficial de desendeudamiento, las reservas observadas del BCRA sumarían actualmente U$S89.176 millones.
Más pasivos
Sin embargo, el Gobierno nacional no sólo avanzó sobre el activo del BCRA sino que también agrandó exponencialmente pasivo, deteriorando el patrimonio neto de la autoridad monetaria.
El stock de deuda en adelantos transitorios del BCRA pasó de U$S2.500 millones a U$S29.402 millones (valorizados al tipo de cambio oficial) entre 2003 y 2014. Sumando ambos conceptos, la deuda del Sistema Público Nacional (SPN) con el Banco Central ya alcanza los U$S85.172 millones al cambio oficial.
En definitiva, la inflación, los problemas cambiarios, la pérdida de reservas y el deterioro del balance del BCRA tienen todos el mismo origen: la política ultra expansiva del Sector Público Nacional, que acumula déficitis fiscales crecientes y que paga sus deudas con los dólares y los pesos (emitidos para el caso) del BCRA. Para el 2015 no esperamos una moderación en este sentido. Todo lo contrario, Proyectamos una profundización del déficit, más señoreaje y fuertes pagos de deuda soberana con reservas (BODEN en octubre). En este contexto, los problemas se profundizarán, más allá que las autoridades procuren disimularlo. El maquillaje de las reservas irá en aumento, advierte el economista Diego Giacomini. Fuente: Portfolio Personal