Salas de Arte Libertad dará apertura este viernes a las 19 a una muestra que reúne a cuatro escultores. Ellos son: Apolinar Vargas, Ofelia Santos, Ilina Domínguez y Gabriela Ferraris. La exposición se podrá visitar hasta el 2 de agosto.
Salas de Arte Libertad dará apertura este viernes a las 19 a una muestra que reúne a cuatro escultores. Ellos son: Apolinar Vargas, Ofelia Santos, Ilina Domínguez y Gabriela Ferraris. La exposición se podrá visitar hasta el 2 de agosto.
El escultor expondrá un retrato de Armando Tejada Gómez. |
Vargas, el escultor boliviano se adelantó a explicar sobre la propuesta: esta muestra no tiene nombre porque todos los artistas abordamos temáticas bien diferentes. La mía es sobre aborígenes, naturalista, también me da una sensación un poco americanista.
En esta ocasión, Vargas eligió trabajar el granito a mano, excepto un retrato de Armando Tejada Gómez hecho en hierro. Esta obra se presenta por única vez en Mendoza en la muestra de la sala de Avenida Libertad y tras la exposición será llevada a Buenos Aires, donde la espera su comprador.
Un accidente, una carrera
Escultor, albañil y metalúrgico, nacido en Chuquisaca, Bolivia, Apolinar Vargas llegó a la Argentina a los 4 años con su padre y sus dos hermanos. De chico tuvo que trabajar en el campo para poder subsistir. Allí, un patrón lo alentó a estudiar. Apolinar, el más chico de los hermanos Vargas, recibió el aliento de los suyos y aceptó el reto: decidió terminar la secundaria y luego siguió con la carrera de Arte en la UNCuyo, donde puliría con técnicas su pasión innata por las artes plásticas.
Inclinado hacia la pintura, un accidente le hizo tomar un desvío hacia el camino de la escultura. Con la escultura empecé porque me destrocé la mano derecha trabajando. La tenía casi perdida y tuve que hacer mucho ejercicio para recuperarla. La compañía de seguros no me quería pagar la operación. Gracias a eso, comencé a trabajar con un martillo, me acuerdo que cuando iba a la facultad no podía sostenerlo más de 10 minutos, pero lo logré y al cabo de un año terminé mi primer trabajo en piedra, relata Vargas.
En sus comienzos, el escultor boliviano supo elegir Cacheuta como escenario de inspiración. Iba los fines de semana, me comía un asado y empezaba a picar. Tenía herramientas más precarias que las de ahora y la piedra era durísima, pero me sirvió para aprender mucho, recuerda el escultor.
Autodidacta de la piedra, destacó que aprendió a tallarla por su cuenta porque en la facultad pocos se animaban a enseñar cómo trabajarla, un solo profesor lo hacía, pero no llegué a tenerlo. Pero Vargas además trabaja en hierro y madera. Siempre he dicho que es importante conocer todos los materiales. Cuando tallo lo hago en forma libre, obedezco a la materia, a la forma, y siempre trato de dejar alguna parte natural. Intento que sea más bien una intervención que tiene una talla escultórica, explica.
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Un largo y duro camino
A Vargas no le fue simple convertirse en artista. Antes, tuvo que trabajar en el campo y la albañilería y producir sus obras en los tiempos libres. El problema siempre es el dinero, si tu obra no se vende no podés seguir siendo artista y hay que dedicarse a hacer otra cosa. Por suerte, hace un par de años empezaron los encuentros de escultores Guaymallén Estalla, y eso fue de gran ayuda para todos, concluye Vargas.
Ficha: muestra escultórica en Salas de Arte Libertad