La Selección Argentina despierta fervor en la gente.
Lo vivido este martes último en Malargüe “fue una locura total”, lo definía una de las miles de personas que se agolparon sobre Avenida San Martín de Malargüe para festejar el triunfo de Argentina sobre Croacia por las Semifinales del Mundial de Fútbol de Qatar 2022.
A diferencia del pasado viernes, el festejo empezó antes, y los corazones de los fanáticos malargüinos, como los de millones de argentinos, no sufrieron la ansiedad del tiempo complementario ni los penales frente a Países Bajos, por cierto jugadores y dirigentes europeos que le pusieron “pimienta al partido”.
La historia ayer fue distinta, no hubo desahogo, fue repetir y extender en tierras mendocinas algo parecido a lo que estaba sucediendo en tierras árabes, en el estadio Lusail Iconic de Qatar, donde los dirigidos por Scaloni, y capitaneados por Lionel Messi seguían cantando y festejando el pase a la final del Mundial de Qatar.
El festejo sirvió para algunos memoriosos y nostálgicos, recordar celebraciones de este tipo en otros tiempos, en los ’70, ’80, ’90 o en el nuevo milenio, donde siempre la Selección Argentina de Fútbol, fue y sigue siendo protagonista en los mundiales, sin importar en que continente se juegue,
Esos melancólicos recordaron caravanas, seguramente más pequeñas “porque éramos menos los que vivíamos en Malargüe, por la calle ancha, como se la llamaba a la Avenida Rufino Ortega en el ‘78 o las que pasaban por la “San Martín con los micros de la Grassi y la Atómica llenos de gente”, en alusión a los ómnibus de transporte del personal de la Comisión Nacional de Energía Atómica o del complejo fabril Grassi que movilizaban a centenares de empleados que conformaban sus plantas industriales, otro tema para la nostalgia.
Más adelante en el tiempo, están también los recuerdos agridulces del ’82 dominados por la Guerra de Malvinas, o los de los festejos de México ’86, tardes frías de invierno en Malargüe, pero que se transformaban en fervientes con los goles de Maradona, Valdano y compañía, y así cada instantánea, desde Italia 90 o Brasil en 2014 hasta estos días, siempre bajo los colores celeste y blanco.