Cómo cuidar el pasto en invierno: tres claves para mantenerlo verde y saludable
Conocé las tres claves que recomiendan los expertos en jardinería para proteger el césped del frío y asegurar un estado saludable en los meses cálidos.
Cómo cuidar el pasto en invierno: tres claves para mantenerlo verde y saludable
Durante el invierno, cuando las bajas temperaturas afectan el crecimiento y el color del césped, proteger el jardín se vuelve fundamental. El pasto es uno de los sectores más vulnerables y puede lucir apagado o seco si no se toman medidas a tiempo. Para evitarlo, expertos enjardinería revelaron tres técnicas clave que ayudan a mantenerlo sano y fuerte hasta la llegada del verano.
Tres técnicas infalibles para conservar el pasto en invierno
Las tareas de jardinería no se detienen durante el invierno. Cada estación impone cuidados específicos para mantener en buen estado plantas, flores y césped. En esta época, el pasto suele verse opaco y débil, a diferencia del vibrante verde de la primavera. Las bajas temperaturas, las heladas y la falta de luz solar afectan directamente su salud, especialmente cuando la superficie es amplia y los cuidados escasean.
Tanto para quienes recién se inician como para los más experimentados, existen tres cuidados fundamentales, simples y efectivos, que ayudan a conservar el césped en óptimas condiciones hasta la llegada del calor. Además de mejorar la estética del jardín, estas acciones preparan el terreno para que el pasto recupere su fuerza en primavera.
1. Retirar las hojas secas con regularidad
El invierno trae consigo la caída constante de hojas secas, que al acumularse sobre el pasto, lo cubren y dificultan su respiración. Si no se retiran, estas hojas comienzan a pudrirse y favorecen la aparición de hongos. Lo recomendable es recolectarlas con un rastrillo al menos una vez por semana, especialmente en zonas donde hay árboles cercanos.
2. Evitar cortes demasiado bajos
Uno de los errores más comunes durante el invierno es cortar el césped demasiado al ras. Esto debilita las raíces y lo deja expuesto al frío y las enfermedades. Lo ideal es mantener un corte más alto de lo habitual, que funcione como barrera protectora natural. También es importante evitar cortar el pasto cuando está muy seco o húmedo, ya que eso puede favorecer el desarrollo de hongos.
3. Hacer un riego controlado e inteligente
Aunque en invierno el riego es menos frecuente, no debe eliminarse por completo. La clave está en hacerlo de manera estratégica. Si hubo heladas o lluvias recientes, se puede regar solo una vez por semana, siempre en horas del mediodía, cuando la temperatura es más alta. Esto evita que el agua se congele y dañe las raíces, y además ayuda a eliminar el exceso de humedad acumulada. Fuente: OK diario.