Mientras el Gobierno, como lo hizo el Ministro Luis Caputo en estas horas, festeja logros macroeconómicos, los hábitos de consumo y la calidad de vida caen aún más rápido que el riesgo país o los dólares financieros. La devaluación, la disparada inflacionaria, los precios que quedaron fijados allá arriba y la caída vertical de los ingresos, que están (en promedio) 35 puntos por debajo de un año atrás son indicadores de la vida real que han tenido un impacto significativo en el consumo masivo, el cual aún no muestra signos de recuperación.
A pesar de enfrentar un contexto internacional desfavorable el último mes, este cuadro resume la importancia del orden macroeconómico. pic.twitter.com/JGEo0gozQt
En el marco de la crisis económica, el consumo masivo en supermercados y autoservicios independientesse desplomó un 22,3 % en promedio en septiembre y, en los nueve meses de 2024, acumula una caída del 11,9 %. Este contexto ha llevado a los consumidores a modificar sus hábitos, optando por marcas más económicas y, en algunos casos, abandonando ciertas categorías de productos.
Desde las grandes cadenas afirman que, a pesar de las agresivas promociones y los beneficios con tarjetas y billeteras virtuales que se multiplican, la demanda no responde como las empresas esperaban. Un dato contundente lo puede comprobar cualquier ciudadano charlando con el kiosquero amigo o con alguno que esté instalado en zonas de alto tránsito de trabajadores: “Cada vez vendemos más turrones y alfajores de la línea básica. Es una forma rápida y más económica de pasar la mañana o el mediodía hasta volver a casa”, repiten todos, cada uno con sus palabras o conceptos.
Un reciente estudio de la consultora Scentia, basado en 1,6 millones de tickets de supermercados y comercios de cercanía, destaca que son varias las categorías de productos que han perdido penetración en las compras. Por ejemplo, el atún ha visto una disminución del 10 % en la cantidad de hogares que lo adquieren, mientras que otros productos, como los quesos blancos, han caído un 4 %. Las categorías que han aumentado considerablemente de precio no son consideradas imprescindibles por los consumidores.
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Indecisión frente a la gondola. La crisis profundiza el cambio de hábitos de consumo.
El trabajo de la consultora indica que, cuando se dice que un producto ha perdido penetración, se refiere a que ha disminuido el número de hogares que lo compran en el último año. Por el contrario, algunas categorías han registrado un aumento en su penetración, como la manteca (1,9 %) y las conservas de tomate (1,7 %), lo que sugiere que los consumidores están priorizando productos básicos en sus compras.
La información también muestra que el consumo de margarina ha crecido, en muchos casos en detrimento de la manteca, y que el turrón se ha convertido en el producto más comprado, gracias a su precio accesible y valor nutricional. Las empresas del sector alimenticio han observado una contracción en el rubro de productos "impulsivos", que cayó aproximadamente un 25 % interanual, así como en las bebidas, tanto alcohólicas como no alcohólicas. No obstante, la disminución en el volumen de ventas no siempre refleja una menor penetración, ya que algunos productos siguen figurando en los tickets, aunque su consumo haya disminuido.
Los ticket, prueba de los cambios
La merma en el poder adquisitivo queda en evidencia en el importe final del ticket promedio de compra. En el segundo trimestre del año, el ticket promedio en las cadenas de supermercados alcanzó los 18.212 pesos, lo que representa un aumento del 282 % en comparación con el mismo período del año anterior. Sin embargo, la cantidad de unidades por ticket disminuyó por encima del 10 %, mientras que en los negocios de cercanía la cantidad de unidades por ticket también rondó una caída promedio del 10 %, con un ticket promedio de 7.053 pesos.
Aunque la disminución en el ticket promedio no es drástica, la composición de los mismos ha cambiado notablemente. Según Scentia, crecen fuerte en el consumo las segundas y terceras marcas, así como los productos de las propias cadenas de supermercados.
Datos de la economía que el Ministro y el Presidente nunca difunden.