"La educación no es un acto de generosidad sino de justicia
La escritora Liliana Bodoc recibió el título de Doctora Honoris Causa de la UNCuyo. Habló de la educación pública y sobre una palabra peligrosa que ahora anda rondando: meritocracia.
Por sus aportes a la literatura universal, hispanoamericana y argentina y ser considerada una referente de las letras para niños y jóvenes. Por sus antecedentes profesionales y respeto a la diversidad cultural y el rescate de las culturas amerindias presentes en su obra, el Consejo Superior de la Universidad Nacional de Cuyo resolvió otorgar a la escritora Liliana Bodoc el Doctorado Honoris Causa, con mención especial al mérito académico-científico.
El acto se llevó a cabo este miércoles en la Facultad de Filosofía y Letras. Con amor y respeto, entrego este momento a la memoria de Aylan Kurdi, aquel niño sirio de tres años, que murió en la playa, escapando de la inhumanidad. En él están todos los niños. Lo tengo presente al escribir, y debe estarlo en nuestras aulas, sostuvo emocionada la narradora tras agradecer el reconocimiento.
También señaló que: Estoy infinita y enormemente agradecida, dispuesta a seguir trabajando y honrando esto que hoy me entregan con tanta generosidad, expresó la autora de La Saga de los Confines.
La esta escritora mendocina por adopción recibió de manos del vicerrector Jorge Barón el diploma y la resolución, en tanto que el decano de esa Facultad, Adolfo Omar Cueto, le entregó la medalla y un obsequio institucional: el libro "San Martín: su patria chica y la Patria Grande". El encuentro también contó con las interpretaciones del Coro de Cámara de la Universidad de Los Jazmines de San Ignacio, Serenata para la tierra de uno y Los auténticos reyes de la historia.
"Tenemos muchos y grandes escritores porque tenemos educación pública"
Después del acto Bodoc ofreció una conferencia titulada La palabra y la honra. En ella destacó que el mundo de cada uno empieza y termina con su lenguaje, del uso que hagamos del mismo. Nuestras palabras pueden denotar, aludir, adornar, pero también obrar, transformar, sostuvo la narradora.
Luego avanzó en su discurso al sostener que lo primero que debemos enseñarles a los niños es a honrar orgullosamente su lengua materna. Nuestras lenguas maternas son nuestros linajes lingüísticos, la lengua hogareña, la que se cocinó en las ollas de nuestras casas. Porque no hay un solo español ni un solo guaraní, porque cada casa, barrio y cada madre es un dialecto, explicó la escritora santafecina.
AHORA ANDA RONDANDO UNA PALABRA PELIGROSA: MERITOCRACIA. YO PREGUNTO, ¿QUIÉN NO MERECE RECIBIR PALABRAS? ¿CUÁLES SON LOS REQUISITOS PARA MERECER EDUCACIÓN? LA EDUCACIÓN NO SE IMPARTE, SE DEVUELVE, LA EDUCACIÓN NO ES UN ACTO DE GENEROSIDAD SINO DE JUSTICIA. LILIANA BODOC.
También se refirió a que en el libro El Primer Hombre, su autor, Albert Camus, dijo que vivió en la pobreza como en una isla rodeada por un foso y que el único puente posible para atravesarlo fue la escuela. Ahora anda rondando una palabra peligrosa: meritocracia. Yo pregunto, ¿Quién no merece recibir palabras? ¿Cuáles son los requisitos para merecer educación? La educación no se imparte, se devuelve, la educación no es un acto de generosidad sino de justicia, agregó Liliana Bodoc.
Y para cerrar enfatizó: Dicen que tenemos muchos y buenos jugadores de fútbol porque los pibes tienen potreros. Si se me permite la extrapolación, también tenemos muchos y grandes escritores porque tenemos educación pública.