Periodismo, una profesión en constante cambio y evolución
Como cualquier otra labor, el periodismo ha mutado a lo largo de los años. Su relación con la sociedad evoluciona a la par de avances tecnológicos y de cambios de paradigmas culturales y políticos.
“El periodismo y las redacciones son súper dinámicas" , dice Soledad Blat, jefa de noticias que conforma el equipo de Sitio Andino desde 2010. Para ella, la evolución tecnológica, las redes sociales y la inmediatez han modificado el rol del periodista.
“Hoy ya sabés el mensaje con una historia de Instagram. La primicia ya no es lo más importante, lo importante es cómo contás”, Soledad Blat.
Aun así, puntualiza que la esencia de la profesión no se debe perder: “Cuando hay un problema en la comunidad, los medios tenemos que estar. Esa conexión con la gente no puede cortarse. El día que se corte esa comunicación, nosotros no vamos a tener razón de ser”.
En esto coincide Florencia Bartolucci, también jefa de noticias, quien afirma que la profesión es una práctica constante de empatía: “Exige flexibilidad y resistencia, pero también te enseña a mirar mejor, a leer entre líneas, a no quedarte con la primera versión”.
“Uno entra con una idea romántica, pero el periodismo te va formando. Aprendés a surfear olas sin perder el eje”, Florencia Bartolucci.
Una herramienta para contar, ayudar y transformar
"Brindar información es brindar una herramienta para mejorar la calidad de vida de las personas", expresa Cecilia Zabala, la periodista todoterreno de Medios Andinos que no vacila al momento de sentarse en la silla de la redacción a escribir sobre política y sociedad ni a la hora de tomar la posta en Aconcagua Radio, con la cooperación de Andrea Sanhueza en la producción.
Para la licenciada, la sensibilidad debe ser un eje rector: “El periodismo trabaja en función de la ciudadanía”.
En sintonía, la periodista Analía Martín recordó su emblema para ejercer, uno que fue transmitido por un profesor de la carrera de Comunicación Social y encarna cada jornada. “Él dijo que para ser buen entrevistador, hay que ser buena persona”. Y reafirma con fuerza: “No hay que perder la empatía ni la capacidad de ponerse en la piel del otro”.
Por su parte, Emilce Vargas, la corresponsal de Noticiero Andino Gran Mendoza, -equipo que conforma junto a Lucrecia Pando; Abigail Romo en el Valle de Uco, Carolina Más en San Rafael y Adriana Gómez y María José Aguas en General Alvear- enfatizó que “siempre hay que entender que lo que estás comunicando no es tu opinión”.
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“Hay que tener cuidado con los nombres, las identidades, y no revictimizar. Muchas veces se pone el foco en la víctima y no en el victimario”, precisa la comunicadora que siente una gran pasión por los Policiales.
Mabel Cirona, directora de medios del Grupo Álvarez, subraya que son los valores de cada periodista los que se transfieren al periodismo: “Yo creo en que si tenés valores como persona, todo eso se transfiere a cualquier ámbito de la vida”.
La “calle virtual”, ese otro espacio donde está el periodismo
Lo que más valora del periodismo Soledad Maturano, la flamante redactora de Economía, es el contacto directo: “Me gusta el trabajo de campo, hablar con la gente, conocer de cerca lo que pasa y poder escribirlo para compartirlo con otros”.
Esta interacción cercana con un "otro”, en muchas ocasiones está mediada por las redes sociales o la, también llamada, “calle virtual”. Allí, las noticias y la información abundan, lo que pone a prueba a los comunicadores día a día al momento de decidir qué contar, cómo hacerlo y, lógicamente, chequear su veracidad.
A Giuliana Tonetto, contar historias de vida es lo que más la moviliza. "Me sensibilizan un montón, especialmente las de niños", dice con emoción.
Por ello, Soledad resalta el valor de detenerse a informar en tiempos de inmediatez y, en ello, coincide Nimsi Franciscangeli, una de las voces críticas de Aconcagua Radio: “El periodismo debe hacerse con honestidad y fuentes confiables", más allá del área en la que se trabaje. A la comunicadora, el periodismo la llevó a recorrer caminos diversos, pero siempre con la misma ética.
Florencia Gaspari, que integra el equipo de RRSS junto a Giuliana Pierucci, Giuliana Tonetto y Guadalupe Vera, apunta a una comunicación adaptada a los nuevos medios: “Hoy el periodismo me gusta más desde las redes sociales. Puedo informar de forma más entretenida y llegar a personas jóvenes”. Asimismo, reconoce el avance de la inteligencia artificial en todas las esferas de la vida, pero sin miedo: “Hay que aprender a usarla como herramienta, no como arma”.
Pierucci, por su parte, ve su ejercicio de la carrera con optimismo y con el conocimiento de que las redes sociales son un nexo más con la comunidad. “Si con esta carrera puedo ayudar a una persona, aunque sea una, me doy por satisfecha”.
Un puente necesario con la gente
Erika García, periodista y locutora multifacética, ve la comunicación como una pasión. “Me gusta ser nexo entre quienes quieren hablar y quienes quieren escuchar”. Para ella, el disfrute también es parte del trabajo: “Este es un oficio que, aunque tenga sinsabores, te tiene que gustar muchísimo”.
“Desde chica siempre fui curiosa y cuestionadora de todo lo que pensaba. De grande, me di cuenta que podía hacer de eso una profesión, darle voz a quienes no la tenían y visibilizar injusticias”, dice Cristina Rodríguez, de Aconcagua Radio.
Para Carla Canizzaro, las historias que más la conmueven son las de lucha. “Me motivó la búsqueda de la verdad. Informar bien, con criterio, es esencial en un contexto de incertidumbre como el actual”, afirma.
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Sofía Pons, Florencia Bartolucci, Analía Martín, y Carla Canizzaro.
Sofía Pons siente una conexión especial con las historias de mujeres que rompen barreras. “Siempre me inspiran”, dice. Y cuenta que eligió el periodismo por una mezcla de curiosidad y amor por la lectura y la escritura: “Cuando alguien te dice que le sirvió que difundieras su historia, siento que elegí bien”.
Asimismo, no todos los días se transmiten historias que motivan, inspiran o sacan “lagrimones” de felicidad a los lectores. Escribir sobre problemáticas sociales implica, muchas veces, ponerse un escudo para poder redactar o comunicar por radio y televisión un caso que, sabemos, es sensible y puede causar conmoción en una familia o una comunidad.
Por ello, ejercer la profesión con sensibilidad, empatía y responsabilidad es una convicción puesta a prueba cada día. Es una decisión que se toma sabiendo que la recompensa es, en ocasiones, que no se podrá dejar lo que pasó en el trabajo fuera del hogar; en otras, la palabra correcta puede generar una diferencia en la vida de otra persona. Y es suficiente.