El gobernador Alfredo Cornejo encabezó la entrega de 300 camperas al ISCAMEN, producidas por personas privadas de libertad en talleres penitenciarios. La actividad es parte de una política pública que combina trabajo, capacitación y reinserción, con impacto concreto en el sistema carcelario, el Estado y el sector privado.
Un modelo de producción que crece y genera ahorro
Durante el acto realizado en la sede del Servicio Penitenciario, Cornejo remarcó que en Mendoza “los presos trabajan en oficios útiles, que le sirven a la sociedad y al Estado”. En este caso, las camperas fueron elaboradas con materiales reciclados y están destinadas a tareas técnicas y de campo del organismo agropecuario provincial.
En Mendoza hacemos que los presos trabajen. El Servicio Penitenciario alcanzó la mayor producción de indumentaria de su historia, con más de 5.100 prendas ya confeccionadas y otras 1.900 en proceso, fabricadas por 50 personas privadas de la libertad.
Ya se confeccionaron más de 5.100 prendas, y otras 1.900 están en proceso. El modelo, iniciado en su primera gestión en 2016, apuesta al trabajo como eje de la reinserción social y a la vez permite ahorrar costos al Estado, con descuentos de hasta un 30% en algunos casos.
Participan empresas privadas y municipios
Actualmente, 330 personas privadas de libertad trabajan en distintos programas productivos, muchos de ellos vinculados a 11 empresas privadas que operan dentro del sistema carcelario. Según el Gobierno, se trata de empleo real: las empresas pagan directamente por la producción, sin que el Estado tenga que cubrir sueldos.
El esquema incluye la confección de uniformes policiales, ropa de trabajo, calzado y placas para construcción, entre otros productos. Municipios como Las Heras, Guaymallén y Godoy Cruz también han encargado materiales.
Iscamen, servicio penitenciario mendoza
Las prendas confeccionadas por los presos de Mendoza
Foto: Prensa Gobierno de Mendoza
Trabajo en las cárceles: “Donde antes había desorden, hoy hay disciplina y producción”
Cornejo señaló que el programa es “una muestra concreta de cómo se puede dar vuelta la lógica del encierro”. En paralelo, la ministra de Seguridad y Justicia, Mercedes Rus, destacó que los internos reciben formación en oficios reales, con el objetivo de facilitar la inclusión laboral y reducir la reincidencia.
“Estamos hablando de resultados concretos: productos entregados, personas capacitadas y experiencias reales”, sostuvo el mandatario, quien agregó que el modelo busca hacer más eficiente y más humano al Estado.
Además, el programa se desarrolla bajo criterios de economía circular, ya que muchas prendas se confeccionan con insumos reciclados. La empresa Xinca SA, una de las principales involucradas, ya contrató a personas que fueron capacitadas durante su detención, lo que muestra un ciclo completo de reinserción laboral.