Las charlas existen, pero nada está confirmado. El avance de la gestión nacional y el sostenimiento de la imagen serán claves. Un ministro quiere el primer lugar en la lista.
La foto (o captura de pantalla) de los dos juntos se dio en la firma del Pacto de Mayo
Con el debate de PASO sí o PASO no en el horizonte cercano, las fuerzas políticas diagraman los bocetos de su estrategia de cara a las elecciones legislativas de 2025. Si bien falta más de un año para ese acontecimiento -y en la imprevisible Argentina de Javier Milei ello representa una eternidad- las charlas entre armadores son una realidad.
En Mendoza, más allá de la fallida construcción de La Libertad Avanza local en manos de la diputada Lourdes Arrieta y su familia, las conversaciones se dan en estratos superiores. En público, Alfredo Cornejo se muestra cauto y afirma que no son tiempos de discutir candidaturas. Lo cierto es que el ministro de Defensa, el radical libertario Luis Petri, ya le ofreció formar una alianza y presentar una "fórmula imbatible".
El titular de la cartera nacional castrense, de gran performance en las internas provinciales de 2023, tiene como objetivo final la gobernación en 2027. Pero antes quiere revalidar su poder de fuego en los comicios intermedios del año próximo. En principio, acompañado al resto del radicalismo mendocino, que junto al PRO bullrichista aún conforma Cambia Mendoza.
¿Los nombres? Todavía es prematuro. Petri está dispuesto a dejar el Ministerio y aportar su apellido a la boleta. O bien, colocar alguien de su confianza. En el primer caso, el cornejismo debería postular a una mujer (Pamela Verasay termina su mandato y podría ser una opción, aunque cumple ocho años en el Congreso). Algunos mencionan al intendente capitalino Ulpiano Suarez, pero desde su entorno lo descartan y en la gobernación lo miran de reojo (es el menos alineado a la conducción).
En los hechos, las últimas semanas dejaron algunos indicios. LLA activó la designación de cargos nacionales en Mendoza que esperaban las resoluciones desde hacía meses. Entre los nombrados hay gente de Petri, Cornejo y el Partido Demócrata, que empieza a acumular protagonismo en las filas libertarias y quiere recuperar terreno.
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Asimismo, el gobierno de Mendoza es un fuerte aliado de Casa Rosada, que a cuentagotas le "tira centros". Primero fue la liberación de los fondos de Portezuelo del Viento y -días atrás- el Jefe de Gabinete Guillermo Francos le prometió a Cornejo el envío de fondo para completar obra pública en materia vial (La Variante Palmira y la doble vía a San Juan, entre ellas). Como contrapartida, el mandatario provincial "ataja penales" y evita ser crítico con medidas que en otros tiempos generaban las quejas locales.
El ejemplo más claro fue la minimización a la advertencia nacional de que no girará los fondos para el combate de la plaga de la lobesia botrana y que las provincias deberán hacerse cargo del 100% de la campaña. "La Nación no tiene la obligación legal de enviar ese dinero", dijo Cornejo ante la consulta periodística. Una definición técnicamente cierta, pero políticamente tibia. Se ha visto en el pasado cercano al radicalismo provincial cuestionar al gobierno federal por el retraso en la transferencia de los recursos para tal acción.
Existen dos condiciones que inclinarán la balanza a la hora de definiciones electorales: cómo se mueva la política nacional el año próximo y cuánto variará la imagen positiva que hoy mantiene el mileísmo en todo el país; y particularmente en Mendoza.
En el primer aspecto, Cornejo es uno de los líderes del casi extinto Juntos por el Cambio y debe sortear la interna radical que lo enfrenta con Martín Lousteau y Gerardo Morales. Estos apuestan a conformar un frente socialdemócrata, opositor a Milei. Una opción que el mendocino descarta de plano, aunque tampoco depende enteramente del radicalismo. Sus socios coalicionistas también atraviesan procesos de discusión puertas adentro y se verá si quieren al centenario partido cerca o lejos de sus armados.
El segundo ítem es el que lo tiene en jaque. La valoración de los mendocinos a la gestión libertaria es una de las más altas del país y enfrentarse a ello en una contienda electoral podría ser una herida de la cual costará recomponerse. Se vio en las elecciones presidenciales de 2023, cuando La Libertad Avanza colocó tres diputados en el Congreso y Cambia Mendoza debió repartir uno cada uno con el peronismo.
Está la opción de desdoblar los cargos locales (para la Legislatura) de los nacionales, pero esa alternativa significaría una fuerte erogación de dinero para la Provincia y un blanco de críticas de la oposición cornejista.
En este punto tendrá un papel preponderante el andar de la administración nacional, fundamentalmente en materia económica, y cuán golpeada llega a la previa de las legislativas. Si las encuestas -hoy favorables- modifican sus tendencias, Cambia Mendoza hará pesar su capital político y afrontará el partido en soledad. Una alternativa que hoy parece improbable.