La Unidad Investigativa de Delitos Tecnológicos logró desbaratar una organización que cometía estafas bajo una falsa compra de celulares de alta gama, hechos que se concretaban gracias a la participación de varias personas, entre ellas algunos internos de la cárcel y un penitenciario.
Los efectivos policiales realizaron distintos allanamientos -algunas de las medidas en celdas de la penitenciaría- y secuestraron más de 70 celulares, como así también algunas notebook, televisores, consolas de videojuego, una tablet, más de $345.000 en efectivo y objetos de importancia para la causa.
Las medidas terminaron con la detención de una pareja, que según la investigación judicial era la encargada de vender los celulares que se obtenían luego de las estafas.
De acuerdo a la investigación, la banda contaba con varias personas que tenían distintos tipos de rol en la organización.
Una mujer y un hombre que se hacía pasar por policía simulaban estar interesados en la compra de celulares de alta gama y luego con falsas transferencias bancarias engañaban a los vendedores para alzarse con el artefacto.
Luego otro grupo de personas se encargaba de apoderarse de los bienes, en tanto que también había personas que luego revendían los celulares robados.
A partir de una denuncia por estafa en la Oficina Fiscal 13 de Ciudad, la policía comenzó a unir pruebas en distintos hechos y estableció que varios de los casos eran cometidos por la misma banda.
Tras una serie de averiguaciones, los detectives identificaron a los integrantes del clan y pidieron las órdenes de allanamiento a la justicia.
Los sospechosos, identificados como Daniela Flores y Tomás Urristre -penitenciario con prestación de servicio en Almafuerte-, quedaron detenidos a disposición de la justicia.
Mientras tanto, desde el Ministerio de Seguridad invitaron a las víctimas de estafa bajo esta modalidad a denunciar los hechos y aportar pruebas para determinar si alguno de los 70 celulares secuestrados son de su pertenencia.
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