Inflación: en los tres años de Alberto Fernández los alimentos subieron un 433%. ¿Qué bolsillo resiste?
En esta semana se hizo viral un video en instagram que prometía hacer de comer, rico y suficiente, por tan solo $100. ¿Almorzar o cenar por cien pesos en Argentina, con la inflación que tenemos? Y sí, Andrés Simón cuyo instagram @lasrecetasdesimon tiene casi 3 millones de seguidores, enseña a cocinar ñoquis de polenta. O sea: harina de maíz, sal, nuez moscada... y vamos andando.
Confieso que tuve ganas de llorar. No por la receta que puede ser exquisita, sino por el grado de hambre y desintegración social que los elevados precios de los alimentos están sembrando en nuestro país.
Se esperaba que la inflación de marzo llegara al 7% pero grande fue la sorpresa -desesperación, enojo, bronca- cuando el Indec marcó 7,7%. La inflación anualizada en la nación llegó al 104,3%, el peor registro desde octubre de 1991 cuando regía el Plan de Convertibilidad.
O sea, desde marzo 2022 a marzo 2023 el Costo de Vida de los argentinos volvió a la salida de la hiperinflación de Alfonsín e inicio de la Convertibilidad.
Eso sí, no reaccione aún antes de masticar esto: la suba del costo de vida en Mendoza llegó al 8,3%. En nuestra provincia los rubros que más subieron el mes pasado fueron Alimentos y bebidas, un 10%; Esparcimiento, 9,1%; Indumentaria 7,6%. Desaliento total.
Volvamos al índice nacional ya que, con el ánimo por el piso, el viernes nos enterábamos que las subas más potentes la marcaron la ropa con el 9,4% y los alimentos con el 9,3%.
O sea, si el golpe tenía que ser potente pues que sea certero. Que duela allí donde ninguna familia argentina puede defenderse mucho ya que todos necesitamos tener un plato de comida en la mesa, y poder vestir a los nuestros sobre todo ahora que comienza la temporada fría.
Un informe de Econométrica indica que desde diciembre de 2019 los alimentos aumentaron casi un 434%.
Para buscar un ejemplo bien argento veamos el precio del asado de tira: a finales del 2020 se vendía a $433 el kilo aunque un mes después ya estaba en $590; en noviembre del 2022 el mismo corte llegó a los $1122. Hoy un kilo de asado está costando entre 1800 y 2400 pesos.
Si esto le asusta, saque la cuenta de cuánto aumentaron las tímidas verduras (en Baires están pagando $1000 por un kilo de tomates).
Ese aumento en tres años del rubro alimentos, jugos y gaseosas del 433,7% contrasta fuerte con el promedio de inflación general que durante la gestión de Alberto Fernández se ubica en 387%. De todos modos, el costo de prendas de vestir deja atrás al aumento en alimentos al ubicarse en un 576%. En tres años también se notó mucho el aumento en restaurantes y hoteles 480% y en salud 350%.
Julio del 2022 fue un mes de miedo cuando la salida apresurada de Martín Guzmán de Economía disparó los precios y generó una suba del 7,4% del IPC. Ahora, marzo 2023 acaba de dejar en el olvido ese porcentaje sin que haya un elemento político como el que ocurrió entonces, pero sí con un Gobierno que se está despidiendo lentamente.
En aquellos meses del año pasado hubo gran zozobra por la disparada en los precios. Muchos comercios se negaban a poner precios por falta de referencia y hubo días de persianas cerradas, hasta desabastecimiento en productos como cubiertas de automóviles.
A la inflación de marzo se suma la mala performance que está teniendo abril, con remarques diarios en los precios, y la suba del dólar libre. Esta semana el dólar blue trepó 10 pesos y llegó a los $400 por dólar. Esto es casi el doble del valor a un dólar oficial completamente frenado por el Banco Central.
Para el análisis les dejo los datos de la Unión Industrial Argentina (UIA) que hace sus propios pronósticos inflacionarios para evaluar remarcaciones a sus productos. Para los industriales, el índice de precios tendrá un piso del 120% y un techo del 140% "siempre y cuando las variables macroeconómicas se mantengan estables".
"El Gobierno generó un ajuste que desordenó los pagos a proveedores del Estado y paralizó la obra pública, pero no ha podido frenar la inflación. Todo esto está impactando muy negativamente en la actividad industrial", dijo un empresario que no descartó cierres y despidos.
El combo es gravísimo. No necesita de lecturas ni eufemismos. Cada uno puede sacar su propia conclusión.