El ministro y candidato Sergio Massa con la Casa Rosada de fondo anunció la eliminación de la cuarta categoría del Impuesto a las Ganancias.
La campaña política del oficialismo camino a las elecciones 2023 parece centrarse en los anuncios económicos de Sergio Massa desde su función como Ministro de Economía, y sus presentaciones públicas y en los medios en algo muy parecido a la soledad. Ni siquiera toma protagonismo su candidato a vicepresidente y Jefe de Gabinete Agustín Rossi que hoy visitará Mendoza.
La estrategia parece arriesgada, más allá que esta parece ser una campaña distinta e inédita por sus protagonistas y porque por primera vez, desde la vuelta de la democracia, los contendientes con posibilidades de llegar al ballotage son tres.
No solo es inédito el número sino también las personalidades de los candidatos y el contexto en el cual se llega a la elección, tanto en lo económico, en lo social y también en lo discursivo.
La elección en Santa Fe confirmó lo que muchos dirigentes del peronismo quisieron negar en pos de la supuesta fortaleza de la liga de gobernadores, la gobernación de Perotti fue pésima. Tan pésima que no solo Unidos (un Juntos por el Cambio ampliado como fue Cambia Mendoza) vapuleo al peronismo sino que además Perotti sacó, como candidato a legislador provincial, menos votos que el candidato gobernador.
Alcanzará la excelente elección santafesina y, seguramente, muy buena en Mendoza para que Juntos por el Cambio y Patricia Bullrich renueven su impulso de campaña o en octubre se repetirá el fenómeno que los electores votan muy distinto en las provincias y en las nacionales.
Un dato que quizás deberían analizar los teóricos de la política y el centrismo inexistente es lo que pasó en Rosario. Allí la alianza entre el peronismo y Ciudad Futura con su candidato, Juan Monteverde ,marcando un discurso bien diferenciado y progresista sin temor a las “grietas” y definiciones contundentes perdió apenas por tres puntos contra Pablo Javkin el actual intendente de Unidos que logró así su reelección.
Un fenómeno similar al de las elecciones nacionales en las que el candidato más votado fue quien más a fondo marcó la grieta con definiciones tajantes, no se discute acá el tenor o la posibilidad o no de llevarlas a la práctica, sino la preferencia del electorado por quienes maximizan las diferencias.
En ese contexto no solo Massa busca con gestión marcar diferencias profundas de modelo ( son sus contrincantes pero también con la gestión de la que él es parte), Patricia Bullrich el domingo en Santa Fe volvió a llamar a exterminar a sus opositores políticos.
Puede ser cierto que cualquier medida que beneficie los ingresos de los trabajadores y trabajadoras es bienvenido en un contexto donde los salarios de perder por goleada pasaron a perder 2 a 0 pero siguen sin sumar puntos para la tabla.
Sin embargo el anuncio del la elevación del piso del impuesto a las ganancias por encima del millón setecientos mil pesos y el proyecto de ley para eliminar la cuarta categoría desde el próximo año afectan a un sector pequeño, apenas parte del decil más alto de ingresos, mientras el resto mira con la ñata contra el vidrio, por ahora,a la espera de los anuncios para monotributistas y autónomos y se supone que también para esa enorme legión que está en las escalas más bajas de los asalariados y los que no tienen definición porque no entran en ninguna categoría.
Son prudentes las medidas, imposible saberlo. Son necesarias, seguro. Sin embargo el gran interrogante es porque los trabajadores tuvieron que esperar hasta la recta final de la campaña para que la mirada y las medidas se posaran sobre ellos.
No hace falta una campaña electoral, ni perder una primaria para saber que la Argentina necesita una profunda reforma impositiva con mirada moderna, industrialista y progresiva, sin embargo es una discusión que se esconde debajo de la alfombra siempre esperando un mejor momento que, obviamente, nunca llega.
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