En la primera edición de SYNERGY en Buenos Aires, el evento global que organizó recientemente Thomson Reuters, y ante un público de 350 personas entre CEO´s, directores y gerentes de Impuestos, Comercio Exterior y Compliance de grandes empresas, cuatro especialistas analizaron el plan de quince acciones presentado por la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) para tratar de limitar las prácticas habituales del traslado de ganancias de una jurisdicción hacia otra con mayores beneficios impositivos.
Para comenzar, el director de Impuestos y Tecnología de KPMG, Gabriel Vecchio apuntó que el origen de BEPS (Base Erosion and Profit Shifting, Erosión en la Base y el Traslado de Beneficios) se debió a una fuerte presión que hizo el G20, y los factores internacionales que acompañaron esta acción fueron la creciente necesidad de todos los países de financiamiento y, a su vez, una pérdida en la recaudación, estimada en un 4 a 10% global del impuesto a las ganancias para las economías desarrolladas.
"Más allá del factor económico, en los últimos tiempos las sociedades cuestionan que las grandes empresas evadan o eludan el pago de impuestos. Para dimensionar la situación, podemos mencionar que en el 2012 las empresas más grandes de tecnología tuvieron una tasa de impuestos promedio del 6% sobre la totalidad de sus ganancias fuera de Estados Unidos", señaló Vecchio.
Por su parte, el socio fundador de Teijeiro y Ballone, Guillermo Teijeiro expuso sobre las acciones de BEPS que requieren que cada país realice modificaciones legislativas. "El plan presentado por la OCDE en el 2014 fue bastante frustrante y decepcionante. En América Latina ha crecido significativamente lo que son los servicios B2B (Business to Business), B2G (Business to Government) y B2C (Business to Consumer), y en este contexto las administraciones tributarias de la región hubieran esperado recomendaciones vinculadas con las nuevas manifestaciones de la economía digital bastante más dirigidas a lo que son las jurisdicciones de mercado", expresó Teijeiro.
"Si se aplicaran cláusulas de limitación de beneficios en América Latina, va a cambiar dramáticamente lo que ha sido el patrón de inversión de sociedades extra zona en la región", remarcó el abogado experto en derecho tributario.
"Hasta ahora no se ha materializado en la región una influencia preponderante de los avances de BEPS sobre las legislaciones nacionales, aun cuando algunas recientes enmiendas tributarias (Chile, Brasil, Colombia, Perú, México) hayan tenido como finalidad resolver cuestiones relativas a la erosión de la base imponible nacional o la reasignación artificial de rentas", dijo Teijeiro.
"América Latina es experta en conservar la base imponible nacional contra la actuación de compañías multinacionales en la zona, y creó que lo seguirá haciendo a pesar de que se instale el espíritu de BEPS en los países centrales o industrializados", finalizó el especialista.
En su ponencia sobre las acciones de BEPS que tratan cuestiones de Precios de Transferencia, el socio de Grant Thornton Argentina, Fernando Fucci explicó que las nuevas recomendaciones de la OCDE se orientan a evitar que los precios de transferencia se basen en acuerdos contractuales que no reflejen la realidad económica, que se respete la asignación contractual de riesgos únicamente cuando esté respaldada por la toma real de decisiones; y que incluyen, como algo novedoso, una definición de riesgo como incertidumbre en la consecución de los negocios.
"Luego de varias críticas sobre la inexistencia de una definición sobre los intangibles, la OCDE introduce una que excede los términos contables. Un bien que no es un activo físico ni un activo financiero, que puede ser objeto de propiedad o control para su uso en actividades comerciales, y cuyo uso o transmisión sería remunerado sería remunerado si se produjera en una operación entre empresas independientes en circunstancias comparables", dijo Fucci.
"Los datos del reporte país por país vinculados a la documentación de precios de transferencia es una planilla que analizada a simple vista puede dar una idea a la autoridad fiscal del país sede de la empresa multinacional si existe o no alguna inconsistencia. Si bien hay una advertencia de la OCDE para que esta planilla no sea utilizada como una herramienta de ajuste automático, la realidad es que para algunos esta documentación sea algo bastante desafiante para completar", puntualizó el profesional.
En cuanto a las acciones de BEPS que tienen implicancia en los tratados internacionales e intercambio de información, el tax partner de Ernst & Young, Ariel Becher remarcó que se impulsó una estrategia de diálogo y participación con países que no son miembros de la OCDE ni participantes en el Proyecto BEPS a fin de evitar el riesgo de que los trabajos sobre prácticas tributarias nocivas puedan desplazar geográficamente los regímenes en cuestión a terceros países.
"La OCDE vive haciendo recomendaciones y cambiando sus modelos de convenios, por lo que los países están siempre desactualizados frente a los nuevos comentarios realizados. Vinculado a este tema, existe una propuesta muy ambiciosa que consiste en desarrollar un instrumento multilateral que produzca los mismos efectos que una renegociación simultánea de los miles de tratados bilaterales actuales", finalizó Becher.
Según una encuesta global realizada por Thomson Reuters sobre cómo las empresas multinacionales se están preparando para cumplir con las nuevas exigencias del Plan de Acción BEPS de la OCDE, dos tercios (66%) de los ejecutivos que lideran y/o actúan en el área de impuestos corporativos indican que sus empresas se preparan de forma activa para lo que llaman tsunami de nuevas reglamentaciones fiscales.
"La preparación para el cumplimiento BEPS es una abrumadora carga operativa para las empresas multinacionales que se esfuerzan por seguir el ritmo de la creciente lista de nuevas y cambiantes reglamentaciones globales", indicó el presidente global de la división de Tax&Accounting de Thomson Reuters, Brian Peccarelli. "Si bien es alentador ver que más empresas se preparan para BEPS, todavía muchas de ellas no están haciendo lo suficiente para afrontar los riesgos de cumplimiento que se avecinan".