Un agente de seguridad sirio llamó "Campaña de hambruna hasta la sumisión" al bloqueo del ingreso de alimentos y medicinas y al egreso de personas de las zonas sitiadas de Siria.
A lo largo de la guerra civil, las fuerzas leales al presidente Bashar al-Assad ya han utilizado la táctica de asedios parciales para extirpar a las fuerzas rebeldes de las áreas residenciales. Pero el reciente fortalecimiento de los bloqueos alrededor de zonas cercanas a la capital está causando hambruna y muerte, según informan los residentes y el personal médico a una periodista de Reuters, que mantuvo el anonimato por razones de seguridad.
A principios de este mes, en un puesto de control del ejército que separa el centro de Damasco, controlado por el gobierno, y los barrios suburbanos del Este, un adolescente delgado rodeó con su bicicleta a un soldado y le rogó que lo dejara llevar una bolsa de pan a los suburbios orientales. El soldado se negó, pero el chico siguió pidiendo "por lo menos un pan".
El soldado finalmente le gritó: "Ya te digo que no está permitido entrar ni un mordisco ahí adentro. Yo no hago las reglas. Gente que está por encima de nosotros y que nos está mirando ahora mismo las hace. Así que andate a tu casa". El soldado, visiblemente perturbado, respiró aliviado cuando el joven se fue.
El incidente ilustra el modo en que los bloqueos funcionan como un arma, en una guerra que se desprendió de las protestas prodemocráticas de mediados de 2011, y agravan la ya grave crisis humanitaria. Los bloqueos son empleados mayormente por el gobierno, pero también y en menor medida por la oposición armada.
Rara vez se permite que alimentos y medicamentos, que podrían ser utilizados por los bandos enfrentados, ingresen en las zonas sitiadas, y la entrada y salida de los individuos también está restringida.
Más de un millón de sirios están atrapados en zonas donde las entregas de ayuda humanitaria están detenidas, según Naciones Unidas.
La Oficina de las Naciones Unidas para la Coordinación de Asuntos Humanitarios dijo el mes pasado en un informe que la mitad de esas personas está en las zonas rurales de Damasco y que alrededor de 310.000 personas más están atrapadas en la provincia de Homs, en Siria central.
En un puesto de control en el centro de Damasco, se le escuchó decir al oficial de seguridad conocido como Abu Haidar que prefieren llamarlo "Campaña de hambruna hasta la sumisión". Se trata de una frase cada vez más utilizada por los seguidores de Al-Assad en la capital.