Maduro expulsa de Venezuela a tres diplomáticos de EEUU por "conspiración"
Desde que asumió, ha acusado a la oposición de fraguar, junto a EEUU, planes de magnicidio, acaparamiento de productos básicos y sabotajes al sistema eléctrico.
El presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, dio a tres diplomáticos estadounidenses en Caracas 48 horas para abandonar el país, acusándolos de conspirar contra su gobierno socialista.
Desde que asumió la presidencia en abril, Maduro ha acusado a la oposición de fraguar, junto a Estados Unidos, planes de magnicidio, acaparamiento de productos básicos para generar escasez y sabotajes al sistema eléctrico, entre otros.
"Hemos hecho seguimiento durante varios meses a un grupo de funcionarios de la Embajada de Estados Unidos en Venezuela. Se dedican a reunirse con la extrema derecha, a financiarlos y a alentarlos a acciones para sabotear el sistema eléctrico y la economía venezolana", dijo Maduro durante un acto militar transmitido por la televisión estatal.
La Embajada de Estados Unidos en Caracas no comentó inmediatamente la decisión de Maduro, quien precisó que uno de los diplomáticos expulsados es la encargada de negocios, Kelly Keiderling.
"Le he dicho al canciller Elías Jaua que proceda de inmediato a expulsarlos del país, tienen 48 horas para irse (...) Fuera de Venezuela. Gringos go home", dijo usando la misma consigna con que su predecesor, el fallecido Hugo Chávez, expulsó al embajador estadounidense en el 2008.
Desde esa fecha, ambos países carecen de embajadores en sus respectivas sedes diplomáticas.
En el más reciente incidente entre ambos, en marzo, Caracas expulsó a dos agregados militares estadounidenses por supuesta injerencia mientras Chávez sufría de cáncer.
Venezuela y Estados Unidos tienen una historia reciente de desacuerdos diplomáticos, dominada por las feroces críticas del Gobierno de Caracas, que ve en Washington a un enemigo de su revolución socialista.
En su punto más álgido, los intercambios verbales entre ambos llevaron a Venezuela a amenazar con cortar el suministro de petróleo hacia Estados Unidos, el principal mercado del crudo del miembro de la OPEP.
Con la asunción de Maduro se inició un acercamiento entre ambos países liderado por el canciller Elías Jaua y el secretario de Estado estadounidense, John Kerry.
Sin embargo, las conversaciones nunca llegaron a buen puerto por la negativa Washington a reconocer expresamente la victoria de Maduro en las elecciones presidenciales de abril, cuestionadas por la oposición.
Los últimos grandes problemas en el mayor exportador de crudo de Sudamérica, como la explosión en la mayor refinería del país, Amuay, y un apagón en casi todo el territorio, han sido achacados por el Gobierno a actos de sabotaje de la oposición con ayuda estadounidense.
Para la oposición, sin embargo, no son más que excusas para tapar los verdaderos problemas del país, que se enfrenta a una alta inflación, una desaceleración de la economía, la escasez de bienes básicos y una delincuencia apremiante. Fuente: Reuters