Tras enderezar el Costa Concordia, la tarea más difícil: buscar a dos desaparecidos
Los familiares de la pasajera italiana Maria Grazia Trecarichi y el camarero indio Russel Rebello esperan la restitución de los cuerpos. 21 meses después del naufragio.
El espectacular trabajo para enderezar el crucero Costa Concordia, después de estar 20 meses encallado frente a la isla del Giglio, fue celebrado por toda Italia. Sin embargo, para dos familias, el operativo aún no terminó. Al contrario, falta lo más importante: la búsqueda de los cuerpos de dos víctimas de la tragedia que dejó 32 muertos.
La pasajera italiana Maria Grazia Trecarichi y el miembro de la tripulación Russel Rebello eran dos de las 4229 personas que viajaban en el dirigido por el capitán Francesco Schettino cuando encontraron la muerte después de que el Costa Concordia chocó contra unas rocas.
Elio Vicenzi, un profesor de matemática de 64 años, estuvo pendiente el lunes pasado del operativo de 20 horas para enderezar el monstruoso navío, con la esperanza de que, finalmente, aparezca el cuerpo de su esposa, Maria Grazia.
"Quiero llevarla a casa, a su tierra de Sicilia. Confío en que, al enderezar la nave, encuentren a mi mujer", comentó Vicenzi al diario italiano La Repubblica.
El lujoso viaje en el Costa Concordia fue el regalo que Elio le hizo a Maria Grazia para su 50 cumpleaños, y ella lo aprovechó junto a su hija, su yerno y una amiga.
Durante la tragedia, en medio del caos, Maria Grazia quedó sola cuando volvió al camarote a buscar su abrigo y, aterrada, llamó a su esposo, que no la atendió porque estaba durmiendo.
"Quién sabe cuántas veces he mirado la pantalla del celular con esta llamada perdida, cuántas preguntas me he hecho sobre el destino y sobre por qué suceden ciertas cosas. Nunca me duermo antes de ver el noticiero, y en cambio el 13 de enero me fui a la cama pronto", dijo.
Esa noche, Maria Grazia también llamó a su hija Stefania y le dijo que ya estaba en otra lancha, aunque eso no era cierto. La llamada terminó con un "¡Dios, estamos cayendo al agua!".
Tras el naufragio, Maria Grazia apareció en la lista de sobrevivientes, junto a su grupo de viajeros, pero cuatro días después su nombre pasó a la lista de desaparecidos
El camarero que entregó su salvavidas
En esa lista figura también hasta hoy Russell Rebello, un camarero de origen indio y con residencia en la Milán que trabajaba en el Costa Concordia hacía tres meses y que el día del naufragio, estaba en su camarote porque tenía fiebre.
En el momento del choque, Russell -entonces de 33 años y padre de una niña de dos años- estaba durmiendo y cuando se despertó el agua ya estaba debajo de su cama y el humo en su cabina.
Inmediatamente comenzó a colaborar en la evacuación de los pasajeros, a uno de los cuales le dio su chaleco salvavidas. Nada más se supo de él.
"Más que nada queremos encontrar su cuerpo para poder enterrarlo", dijo a principios de año su hermano Kevin a la cadena de noticias británica Sky News.
Ayer, mientras muchos celebraban el éxito del costoso operativo, el jefe de la Protección Civil italiana, Franco Gabrielli, dijo que no quería que se "convierta en un espectáculo".
"Buscamos todavía dos cuerpos que tienen que ser restituidos a sus seres queridos", subrayó Gabrielli, que desde hace tiempo señala que éste ha sido "el mayor tormento".
