La justicia condenó hoy a 11 años de cárcel a Maximiliano "Gordo" Godoy (30), quien admitió haber asesinado a balazos a Sergio Arias (39) delante de su hijo en Dorrego.
La justicia condenó hoy a 11 años de cárcel a Maximiliano "Gordo" Godoy (30), quien admitió haber asesinado a balazos a Sergio Arias (39) delante de su hijo en Dorrego.
Godoy, acorralado por las pruebas en su contra, decidió confesar y acceder a un juicio abreviado, donde recibió una pena cercana al mínimo posible en la escala del "homicidio agravado por el uso de arma de fuego".
Las pruebas que complicaban al "Gordo" Godoy con el crimen de Arias.
El fallo fue firmado por la jueza Miriam Montaldi, tras el acuerdo pactado entre la fiscal de homicidios Andrea Lazo y el abogado defensor Diego Henríquez.
El crimen de Arias ocurrió el jueves 20 de enero de este año en Solís y Gualberto Godoy del barrio Santa Elvira de Guaymallén.
Según la reconstrucción, víctima y victimario habían estado reunido en una casa donde se originó una discusión. Esa pelea se trasladó a la vía pública, donde Godoy atacó a disparos a Arias.
La víctima tenía 39 años y fue asesinada de un disparo en la cabeza.
El hijo de la víctima, testigo presencial, fue clave para identificar al agresor y determinar qué había pasado en los momentos previos al ataque.
Además, el barrido electrónico realizado al sospechoso dio positivo, en tanto que Godoy al intentar escapar corriendo perdió una ojota, por lo que un cotejo de ADN también lo ubicaba en la escena.
El móvil que investigaba la justicia.
Con esas pruebas, el acusado fue imputado horas después del asesinato y desde ese entonces está preso.
Arriesgando una condena de hasta 30 años de cárcel, decidió confesar para acceder a un "beneficio" y reducir la sentencia a cerca del mínimo.