IMPSA "estatal": se formalizó la oferta de acciones al Gobierno, que pone sus condiciones para asociarse
Para la cúpula de IMPSA parece ser una carrera contrareloj. Es que en menos de una semana después de haber logrado luz verde de sus actuales accionistas (la asamblea fue el jueves 18), ya formalizó la oferta de acciones para convertir al Estado, nacional y/o provincial, en su nuevo socio y así hacerse de un capital de u$d 20 millones, aunque el destinatario retrucó con ciertas condiciones.
Técnicamente, se trata de una nueva emisión por ese monto en acciones Clase C, que lo convertiría en nuevo mayoritario con poder de decisión (alrededor de la mesa le dará derecho a ocupar 4 de 7 sillones), aunque ahora se abre el interrogante acerca de qué cuota quedará para el Gobierno nacional (hoy tiene un pie con el Banco Nación pero la nueva oferta debe pasar por al ministro de Desarrollo Productivo Matías Kulfas) y cuanto para la Provincia, cuyo análisis pasa por el ministro de Economía, Enrique Vaquié.
Al margen, el Gobierno debe aceptar términos y condiciones de base, como depositar 1/4 parte del capital ofrecido (u$d 5 millones) en el lapso de un mes, a sabiendas que tendrá 2 años por delante para pagar el otro 75% (u$d 15 millones). Es el núcleo innegociable para una compañía sedienta de recursos, a la que le urge saldar compromisos con acreedores y terminar de acomodar sus cuentas.
Actualmente, los ex accreedores como el BICE y Banco Nación, y actuales controlantes con 65% del paquete, son A, mientras que Enrique Pescarmona, histórico presidente del directorio, conserva el 35% restante junto a su familia; actualmente, junto a bonistas, se reparten los lugares del directorio.
La Provincia ¿con 1 de 4?
A su vez, desde el Ejecutivo mendocino ya habían anticipado que "el interés existe", y con la formalización de la propuesta avanzaron un casillero más. Concretamente, con algunas requisitos a priori: que IMPSA no se vaya de Mendoza, tener al menos 1 lugar en el directorio y ejercer contralor sobre la contratación de personal para que la multinacional no termine como botín político de futuros Gobiernos. Otro punto, más incierto: que la Nación financie el ingreso de Mendoza.
¿Pueden acordarse esos términos? Lo cierto es que, si bien a fines de 2020 logró reestructurar el pasivo que la hundió 6 años en el default (tener 90% en dólares le permite bajar la tasa de 8% a 1,5%) y acaba de reperfilar u$d 200 millones al 2025, IMPSA necesita avanzar en a "cuarta fase" de su plan para sanear sus finanzas.
Entrar en la etapa final (considerada clave en el seno de la compañía) es ni más ni menos que terminar de capitalizar a otros acreedores (boneholders en fondos de inversión como el chileno Moneda Assets, y bancos como el brasilero Bndes y el canadiense EDC), lo que en la jerga es "convertir deuda en equity"; en otras palabras, transformar lo que se debe en acciones por un monto equivalente.