A la hora de explicar lo ocurrido, un factor es el desempeño de las exportaciones que, aún con el Covid entre nosotros, estuvo lejos de explotar en la última década. Y también muestra que los niveles actuales de ventas al exterior "se encuentran muy cercanos a los registrados en 2007".
Los sectores más golpeados: balance y perspectivas
El análisis reconfirma que comercio y turismo, y en menor medida la producción de petróleo, fueron los rubros que motorizan la economía mendocina y se ralentizaron fuertemente o se detuvieron.
En el caso del comercio (20% del PBG), el 2020 fue un muy mal año por la cuarentena, y el menor poder de compra de la población. Según el análisis del equipo liderado por el economista Gustavo Reyes "las caídas más notorias se dieron en centros comerciales. Sorprende la rápida recuperación posterior en ventas de autos 0 km, explicado por sus bajos precios en dólares blue". ¿Qué puede deparar el 2021? "Si no hay sorpresas, se espera una recuperación en la actividad comercial, especialmente en aquellos que sufrieron más la cuarentena, mayor en bienes de consumo durable".
Pero el más golpeado por las restricciones fue sin dudas el turismo, cuyo flujo casi tocó el nivel 0. "Para 2021 se espera una recuperación mayor del turismo por ocio, y más lenta en el corporativo", puntualizan los expertos, para quienes, si se abren las fronteras, a Mendoza "le jugará en contra el rezago del dólar oficial".
Para el sector petrolero (13% del PBG), aún con tendencia decreciente, el derrumbe del precio internacional del barril de crudo redujo la extracción aún más. "La recuperación del precio permitiría que la caída en extracción sea a menor ritmo en 2021", dice el análisis respecto a un ajuste del refino por la merma del consumo de combustibles en cuarentena, en un año que puede ir despejándole el camino a la industrialización.
Vino, finanzas, servicios y construcción
.Vitivinicultura (8%): a pesar de la menor cosecha, se vendió más (excepto espumosos), a precios bajos frente a la inflación y los acuerdos (Precios Máximos), con menos stocks. "Los ingresos del sector, netos de inflación, apenas aumentaron, con leve caída en el mercado interno, y mejorando en el externo". Para 2021, una menor cosecha y stocks más bajos se traduce en una contracción de oferta, esperándose menores ventas de vinos, a mayores precios; a favor, está por el lado de las exportaciones, dada la recuperación económica en el mundo".
Resto de la industria (2% del PBG): la agroindustria vinculada a la fruta industrializada "Brasil-dependiente" creció en forma heterogénea, con más ciruela seca y aceite de oliva exportados, y menos en duraznos preparados. Para 2021, la situación podría mejorar por contar con más materia prima (mayor cosecha de frutas). La contra: un dólar oficial más barato, y la falta de insumos.
Sector financiero (3%): tras un mal año, pero menos que otras actividades por la recuperación de los depósitos, gracias al cepo y a la pandemia (temor motivó a moderar gastos y a ahorrar), que no se tradujo en préstamos, se espera, de la mano de la economía, una recuperación de créditos en 2021.
Agrícola (sin uvas) (4% del PBG): en frutas, hubo menores cosechas en duraznos, y en ciruelas aumentó, aunque continuaba baja en comparación al promedio histórico. Los precios aumentaron muy por encima de la inflación, por la escasez de duraznos, y por los buenos precios pagados por Brasil, en ajos y ciruelas. Para 2021, en frutas se pronostica una mayor cosecha, y quizá con precios bajos. En ajos, los precios pagados en Brasil vienen en baja.
Electricidad y gas (2%): a pesar del congelamiento de sus tarifas, hubo un descenso en su consumo. Desagregando, aumentó el residencial (teletrabajo y personas que se quedaron en sus hogares durante la pandemia) y se redujo el industrial, con menor actividad. Confiando en una recuperación de la economía durante 2021, y con tarifas que aumentarían por debajo de la inflación, sería razonable esperar un mayor consumo energético. No obstante, desde el punto de vista de los oferentes energéticos, esta última noticia desalentaría nuevas inversiones y la calidad en el servicio.
Construcción (2%): 2020 resultó un mal año, "pero extraño", señalan en IERAL. "Con una fuerte reducción en la obra pública, la recesión y menor poder de compra, impactó en la construcción privada". Sin embargo, el costo de construcción disminuyó sustancialmente en dólares blue, por lo cual quienes contaron con esos billetes, aprovecharon para refacciones y ampliaciones, lo cual se tradujo en una menor caída en la compra de materiales de construcción (el empleo sectorial se desplomó).
Y este año? El análisis augura "una recuperación de la obra pública" por un fortalecimiento de las finanzas del Gobierno y la cercanía de las elecciones. En la rama privada, "ayudaría una recuperación en la capacidad adquisitiva de la población, pero se espera un incremento en los costos de construcción expresados en dólares".
Empleo: cómo revertir el peor nivel en 7 años
Como resultado de la baja performance en la economía, la capacidad de generación de empleos formales asalariados en el sector privado de Mendoza experimentó también un gran estancamiento. El ritmo de creación de estos empleos fue de solamente el 0.1% anual (promedio) entre 2013 y 2019, y del -0.6% cuando se incluye el 2020.
¿Cuál es la salida? De acuerdo al diagnóstico "una buena dinámica de los sectores exportables es sin duda muy importante, ya que son los que han demostrado tener un importante dinamismo tanto en crecimiento de salarios como en productividad en los últimos 20 años". Sin embargo, ante una relativa inactividad como generadores de empleo formal, sugiere apuntar a otros rubros.
"La propia historia de nuestra provincia muestra que están relacionados al turismo, a servicios intensivos en conocimientos, transporte de mercaderías y la construcción. De esta forma, es clave que en la provincia se recupere el buen dinamismo del sector exportador y del turismo", señala el estudio, con la premisa de "potenciar la creación de empleo formal para reducir los relativamente altos niveles de pobreza" .
Menos burocracia, presión tributaria y gasto público
Pero, más allá del "efecto Covid" palpable el último año, la tan mentada seguridad jurídica y el "clima de negocios" propicio para las inversiones vuelven a ponerse sobre el tapete.
De ahí que los economistas del Ieral en Mendoza proponen mejorarlo "simplificando los trámites públicos relacionados con la actividad económica". Y al mismo tiempo, "consolidar las mejoras en las cuentas fiscales reduciendo los impuestos más nocivos para la actividad económica (Ingresos Brutos y Sellos) y mejorando estructuralmente la eficiencia del gasto".
Un ítem, el último, que conlleva un par de filtros sugeridos: otro régimen de empleo público que "premie el esfuerzo y la eficiencia en la prestación de los servicios", además de un sistema que, antes de encarar un proyecto público (obras, por ej) "evalúe la rentabilidad económico - social de forma tal de elegir sólo aquellos que tengan un probado impacto positivo para la sociedad".