Lo que dejó el Desayuno y el Agasajo: Suarez se prueba el traje de mediador para soldar la grieta
Discursos, brindis, charlas, rostros afables, aplausos. Eso se percibe a simple vista en eventos como el Desayuno de Coviar y el Agasajo Vendimial, que como nunca antes marcaron la grieta que divide a la vitivinicultura, justo cuando va por una ley nacional que respalde un nuevo Plan Estratègico, esta vez al 2030. Pero tras bambalinas un actor protagónico se mueve para reunir nuevamente al elenco: ni más ni menos que el propio gobernador Rodolfo Suarez, que quiere tomar la posta de algunos encuentros informales entre los dirigentes de un bando y otro que no llegaron a buen puerto.
Más allá de lo estrictamente protocolar, el mandatario aprovechó su presencia en un encuentro y otro para participar de algunas reuniones lejos de flashes y del gran público, durante una jornada que arrancò con mucha expectativa de medidas y terminó huérfana de anuncios concretos: el único fue la llegada de u$d 80 millones para el llamado Proviar II, para integrar productores y financiar la tecnificación del riego en tiempos de crisis hídrica. Y un concepto deslizado durante la mañana, durante el fugaz paso del presidente Fernández por el predio del INTA: la necesidad de una "unidad sinfónica", o algo así como el acuerdo pese a la diversidad, que casi pasó desapercibido.
Lo cierto es que ya entrada la tarde en la bodega de Maipú, Suarez no disimulaba el propósito asumido. "Me ofrecí para mediar entre los sectores. Hay diferentes visiones sobre el funcionamiento de Coviar pero en los propósitos coinciden, y la pandemia no nos permitió avanzar porque una negociación exije muchas reuniones. Hoy llegamos a esta Vendimia en una situación similar, con el agravante de tener que diseñar otro PEVI a futuro. Se necesita diálogo, y no lo hay sin humildad, para que todos se sienten a la mesa a debatir", aseguró el gobernador no sin considerar que "el plan anterior fracasó".
Cuando la mayor parte de la concurrencia a Trivento se había disipado, el gobernador se quedó un rato más en la bodega. "Hablamos todo el tiempo, y de hecho ahora nos reuniremos otra vez", reconoció ante la consulta de Sitio Andino, luego de resaltar conceptos como "adaptabilidad" para avanzar con un plan que facilite un repunte de la industria en tiempos de caìda del consumo. Y antes de desaparecer hacia el interior de la bodega, rumbo a un encuentro con la cúpula de BA.
"Somos inclusivos"
Por su parte, ya lejos del micrófono y del discurso formal, la presidenta de Bodegas de Argentina y de la flamante Mesa de Enlace vitivinícola, se mostró predispuesta a la intermediación de Suárez. Pero también escéptica: es que los gestores de la Mesa Vitivinícola reconocen que aún durante la pandemia hubo contactos con referentes de Coviar, como Eduardo Sancho, en los que se trataron ciertas diferencias que no terminaron de traducirse en acciones.
"Llevamos un año trabajando con Eduardo Sancho (actual vice de Coviar). Pero cuando se planteaban las cuestiones que discutíamos la respuesta de la conducción de Coviar era un no rotundo. Cuando uno quiere que haya avances también tiene que estar dispuesto a ceder", resumió su titular, Patricia Ortiz, una de las voces más críticas del otro lado de la grieta, respecto a algunos pedidos específicos, como un cambio en el reglamento o estatuto actual de Coviar, que implica reformular su presupuesto y por ende la forma de administrar los recursos de los que se nutre.
Por su parte, Sancho había reconocido que "el diálogo estaba abierto", aunque tampoco desconoció que aún se estaba lejos de alcanzar un punto de acuerdo. Mientras tanto, Ortiz se preocupa por mantener a salvo a la recién estrenada Mesa Vitivinícola que encabeza.
Para la dirigente del sector industrial "la Mesa Vitivinícola no tienen nada que ver con la Coviar. Es una estructura como la mesa de la carne y otras, que es resultado de un fracaso, y tiene otro objetivo. Somos inclusivos, queremos que a todos les vaya bien dentro de la vitivinicultura".
Algunas claves: un auditor estatal y el "consenso" para captar u$d 80 millones
Uno de los que se propone como colaborador para destrabar el conflicto es el presidente del INV (Instituto Nacional de Vitivinicultura), Martín Hinojosa. El ex funcionario provincial durante la gestión justicialista de Francisco "Paco" Pérez toma distancia sin dejar de manifestar su "respeto" hacia las entidades hoy enfrentadas.
En cuanto a la llave que permita una salida, Hinojosa advierte un punto particular: la llegada de los u$d 80 millones provenientes de un crédito del BID (Banco Interamericano de Desarrollo) para el Proviar II, del cual el Estado nacional es garante "tiene como condiciòn el consenso". Por eso, desde su punto de vista, a diferencia de la primera versiòn del programa (Proviar I), de no cumplirse, tampoco está asegurado que la Coviar sea la unidad ejecutora de esos recursos hacia los productores.
El responsable del INV coincide con Suarez en que "se necesita una buena mediación". Y hasta sugiere que una alternativa sería contemplar un monitoreo con participaciòn estatal sobre el manejo de los fondos destinados al nuevo Plan Estratègico Vitivinícola.