Ocho de cada 10 bodegas mendocinas encaran la temporada sin la cantidad necesaria de botellas
En medio de la vendimia 2021, las bodegas mendocinas se debaten entre el trabajo agronómico en el viñedo para neutralizar el efecto de las lluvias en la uva y una preocupación manifiesta: el faltante de botellas para fraccionar el vino nuevo, que afecta al menos a 3 de cada 10 establecimientos. Frente a ese problema, el Gobierno intenta cerrar un pool de compras a las cristalerías, entre las cuales una de las principales ya decidió habilitar otro horno de producción.
"Es una problemática general, pero se agudiza sobre todo entre las pequeñas bodegas. Por eso son varias las interesadas en acceder a un esquema de financiamiento, de acuerdo a lo conversado con el Gobierno, que facilite contar con lo necesario", reconoce Walter Pavón, coordinador de Bodegas de Argentina, en relación a un relevamiento según el cual alrededor del 30% de sus casi 220 asociados manifestaron tener faltantes en mayor o menor medida.
Entre los 4 proveedores principales (dos nacionales, como Cattorini y Cristalerías del Rosario, y Blue Sky, que importa de Chile), Verallia (ex Rayén Curá), del grupo Saint Gobain, confirmó que prevé habilitar un cuarto horno para incrementar el volúmen de envases, una decisión que se mantenía en suspenso desde hace algún tiempo. Pero la inversión, cuya cifra no trascendió, recién se terminará de materializar en los próximos 5 a 6 meses, y para muchos en la industria, si bien suma, puede resultar insuficiente para liberar el embudo actual de la oferta-demanda.
Eduardo Senra participa en las gestiones para destrabarlo
por la UVA (Unión Vitivinícola Argentina), donde el diagnóstico señala 40 bodegas (un 25% del total de la nómina) sin el volúmen necesario de envases. Si bien se esperaba una mayor afectación, Senra coincide en que la coyuntura afecta sobre todo a las pymes "porque muchas otras hicieron acopio con anticipación. De las que están complicadas recibimos pedidos diversos, incluso para una misma firma".
En la región Este, el polo productivo de mayor volumen por excelencia, la cuantificación es un tanto más compleja. Hasta el miércoles el total arrojaba un faltante de 5 millones de botellas entre 15 establecimientos, de acuerdo a la información de Centro de Viñateros y Bodegueros del Este, que desde el jueves se aboca a hacer lo propio con las damajuanas, uno de los formatos más populares del mercado local.
Diagnóstico y propuesta
El relevamiento cobra más relevancia si se tiene en cuenta que el INV tiene registradas en Mendoza 154 bodegas y fábricas en plena elaboración, sobre 500 del total país. Frente a ese panorama, el Gobierno provincial propuso asistir a las que más sienten el "cuello de botella" con un pool de compras, financiado por un fideicomiso que permita asegurarles una dotación mínima de botellas; quedarse a cambio con el equivalente al costo del insumo en vino es una alternativa.
El rango es amplio y mayormente los pedidos oscilan entre las 8 mil y 200 mil botellas de hasta una docena de modelos distintos. Pero desde el Ministerio de Economía terminan de estructurar el fideicomiso de compra a través de Mendoza Fiduciaria, con el propósito de concentrarse en los 4 modelos más utilizados, entre los que están la cónica verde y la cónica Eco blanca.
El financiamiento sería toda novedad para el sector, acostumbrado a pagarle a las cristalerías casi "cash". No obstante, industria y Gobierno se dan un plazo de una semana para que, pasado el fin de semana de los festejos de Vendimia, puedan definirse las condiciones con los proveedores.
"Algo inesperado"
"Es un problema de arrastre desde hace algún tiempo, sólo que venía sobrellevándose mientras no creció la venta en mercado interno ni exportaciones de vino fraccionado. Así, las cristalerías tenían su programa, que con más o menos demora, iban cumpliendo", analiza Walter Bressia, enólogo y propietario de la bodega homónima en Luján.
Para Bressia es "un problema verdaderamente crítico: cada bodega ha encarado un programa de producción que se llevan las cristalerías de modo de poder planificar cómo abastecernos durante el año. Por un lado resulta muy bueno que sigan creciendo las ventas, pero por otro ha sido algo tan inesperado que sorprendió a las cristalerías y también a los bodegueros".
Frente a ese cuadro, la decisión de ampliar la capacidad de producción por parte de los proveedores se toma con pinzas. "Es positivo pero insuficiente, sobre todo cuando se trata de la demanda de partidas chicas", considera el empresario pyme, uno de los que amortiguó en parte con pedidos programados de distintos productos.