Después de 42 años y con la última semana del mes de julio, Guiñazú-Maguitur Cambios, una de las más antiguas operadoras de divisas de la city mendocina, dejó de existir. Así, sólo siguen activos otros 2 agentes en la provincia. ¿Cuánto tiene que ver la pandemia misma que vivimos, y cuánto las restricciones para acceder al mercado cambiario? Trataremos de responderlo en esta nota.
El BCRA (Banco Central de la República Argentina) activó el trámite de baja de licencia de Maguitur como agencia de cambios el miércoles 28 de julio y según se confirmó regirá a partir del 31 de agosto. Es la segunda firma que deja de operar desde que comenzó la cuarentena: antes, a poco más de un mes del cierre forzado de locales por el aislamiento, también lo había hecho Bamensa, una de las de menos historia en el negocio, aunque para reconvertirse en centro de cobro de impuestos y servicios (Pago Fácil).
Nacida en 1978 (había abierto unos años antes como agencia de turismo), la sociedad entre José Manuel Guiñazú (80%) y Ana María Mosso (20%) ex ministra de Hacienda durante la gestión de Arturo Lafalla, cambió de razón social de Maguitur a Guiñazú SA en setiembre de 2019 y tenía otras 6 sucursales en distintas provincias (ver). Venía de "surfear" las primeras semanas de la cuarentena con atención a turistas que aún estaban en Mendoza, y, como otras, con transacciones puntuales hasta el final menos deseado. ¿Influyó más el aislamiento y distanciamiento que obligó a cerrar al público? ¿O restricciones cambiarias cada vez más estrictas?.
La razones, según los socios
"Esto va más allá de la pandemia, y resulta muy duro por lo que implica. Se estudió mucho la decisión dado que desde hace un tiempo el Banco Central ya no otorga más licencias a operadores de cambios", confía a Sitio Andino, preparándose para bajar las persianas definitivamente y para una nueva vida laboral tras 10 años Jorgelina Andía, responsable contable del clásico local de Catamarca y San Martín de Ciudad .
Es uno de los 7 que Guiñazú-Maguitur tenía repartidos en distintos puntos del país. Es que la firma había logrado expandirse, hasta ahora, también a Córdoba Capital, Tucumán (San Miguel y Yerba Buena) y Buenos Aires (Capital Federal, Florida y Recoleta).
A la espera del comunicado oficial del Central que notifique formalmente la baja, los dueños evitan ponerle nombre y apellido a alguna declaración sobre el cierre. Sin embargo, admiten que el combo Covid-cepo cada vez más restrictivo había hecho mella, y que los últimos 5 meses sin atención en mostrador fueron "muy difíciles", al punto de, sin certeza de retorno, "ya se había cerrado el camino".
¿Hay un mañana? "En Argentina nunca se sabe lo que puede pasar", reflexionan con sus más allegados, incluso sin descartar que, en un futuro más promisorio y con fronteras reabiertas, la firma pueda volver a las fuentes: es decir, reiniciar un camino a partir del turismo.
Un mercado que se concentra: antecedentes
Así, Mendoza arranca agosto con un 50% menos agentes habilitados que cuando detonó la pandemia en la provincia. En el sistema sólo permanecen activos Santiago y Cambio Express, con varios locales en Ciudad y otras locaciones: la primera agencia, históricamente ubicada frente a Maguitur, la secundaba hasta ahora en cantidad de eslabones, con 4 (tres entre Ciudad, Luján y San Rafael, además de San Juan), mientras que Cambio Express conserva (como todas, sin atención al público), 2 a pocas cuadras de distancia, también en Ciudad.
"Es resultado de lo que viene pasando, que en diez días hayan cerrado cuatros casas de cambio grandes en distintos puntos del país, incluída Maguitur. Eso no quita que pueda volver alguna vez como agente turístico, pero más allá de la competencia cuesta asumir que deje de trabajar una empresa de tanta trayectoria", reflexiona el responsable de una de las firmas sobrevivientes.
Fuera de la coyuntura marcada por el Covid-19, la city local ya había sufrido una sangría que muchos vinculan a los efectos del primer gran "cepo" al dólar entre 2013 y 2015. Cambios Cash, vinculada al empresario Mario Groisman, también llevaba décadas en el rubro: operaba desde 1977 en Mendoza y San Juan, y para entonces, en medio de la restricción a la compraventa de dólares, ya había solicitado al Central una suspensión preventiva por 6 meses luego de achicar su planta de personal.
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