La Unión Europea y Canadá firmaron un importante acuerdo comercial el domingo, superando el escollo causado por una pequeña región de Bélgica que se había negado a avalar el pacto.
La Unión Europea y Canadá firmaron un importante acuerdo comercial el domingo, superando el escollo causado por una pequeña región de Bélgica que se había negado a avalar el pacto.
El acuerdo sufrió otro obstáculo inesperado durante la noche cuando el avión que traía a Bruselas al primer ministro canadiense Justin Trudeau tuvo que regresar a Ottawa por problemas técnicos.
"¡Qué paciencia!" exclamó el presidente de la Comisión Europea Jean-Claude Juncker al recibir a Trudeau cuando llegó a la sede de la UE en Bruselas.
En una breve conversación entre ambos en francés, Trudeau dijo que "lo difícil es difícil, pero pudimos lograrlo". Se negó a hablar con la prensa.
Trudeau y Juncker firmaron el pacto junto con el presidente del Consejo Europeo Donald Tusk y el primer ministro eslovaco Robert Fico, cuyo país ejerce la presidencia rotativa de la UE.
Al otro lado de la sede de la UE, un grupo ruidoso de unos 250 opositores al tratado se congregaron frente a la entrada, vigilados por la policía antimotines. Mancharon la fachada con pintura roja y algunos entraron al vestíbulo. La policía se llevó a 16 personas, pero no dispersó la protesta, dijo la portavoz Ilse Van de Keere.
La UE necesitaba la aprobación unánime de sus 28 miembros y Bélgica el respaldo de todas sus regiones paras aprobar el pacto, conocido como CETA por sus siglas en inglés de Comprehensive and Economic Trade Agreement. Trudeau tenía previsto firmarlo el jueves, pero debió postergar su viaje porque la región belga de Valonia se opuso.
Después de horas de negociaciones, Bélgica dio su aprobación formal el sábado por la mañana.
Con un área de menos de 17.000 kilómetros cuadrados y 3,5 millones de habitantes, Valonia bloqueó el acuerdo entre 500 millones de ciudadanos de la UE y 35 millones de canadienses durante varias semanas. Los políticos valones sostenían que el acuerdo socavaba las normas laborales, ambientales y de consumo y permitía que las multinacionales aplastaran a las empresas locales.
La UE sostiene que CETA eliminará más del 99% de las tarifas y elevará el comercio con Canadá en 12.000 millones de euros (13.200 millones de dólares) anuales, lo que generará crecimiento y empleo en ambos lados del Atlántico. Insiste que el acuerdo no impide a los gobiernos proteger el ambiente y el bienestar social si creen que están amenazados.
"Es un día importante para la UE y también para Canadá, porque sentamos patrones internacionales que otros deberán aceptar y con quienes estamos negociando el libre comercio", dijo Juncker a la prensa el domingo.
Las negociaciones comenzaron en 2009 y el texto fue redactado hace dos años, pero quedó en el limbo a la espera de su aprobación.
La demora ha provocado dudas sobre la capacidad de la UE para concluir grandes acuerdos comerciales. El trabajo sobre un pacto similar con Estados Unidos llamado TTIP casi no ha avanzado este año y difícilmente lo hará antes de que asuma el nuevo presidente estadounidense en enero.
"No es realista concluir el TTIP en este momento", dijo la comisionada de Comercio de la UE, Cecilia Malmstroem, el domingo.
Nada de esto es buen augurio para las tratativas comerciales que deberá mantener Gran Bretaña con los 27 países de la UE cuando salga del bloque. Fuente: AP