Estamos ante una reacción brutal del machismo frente al aumento de conciencia sobre la problemática social de la violencia género. Quienes venimos dando pelea hace años estamos preparadas y no vamos a bajar los brazos ante esta realidad difícil por la que atravesamos. Pero también debemos saber que se ha abierto un proceso social que empuja el cambio de paradigma en relación a la posición de la mujer y su autonomía en esta sociedad de estructura y cultura patriarcal.
Necesitamos sororidad entre mujeres y solidaridad de nuestros compañeros varones.
Hay que estar dispuestxs a hacer la autocrítica necesaria desde cada ámbito.
Desde que asumí la Dirección de Género y Diversidad este año hemos creado un programa de ayuda social directa a mujeres en situación de violencia de género, (que se transfiere también a municipios que se suman a esta lucha) y se construye verdaderamente el primer refugio provincial, que espera desde 1994.
El ministro de Salud anunció 29 millones de pesos asignados para el presupuesto, Mendoza fue la primer provincia del país en adherirse al Plan Nacional de Acción para dar efectivo cumplimiento a la Ley 26485.
Se efectiviza la Fiscalía Especial por Violencia de Género.
Se actualiza un protocolo de actuación y recepción de denuncias, se impulsan pulseras electrónicas, botones antipánico, aplicación para teléfonos móviles para darle mayor respaldo a las medidas judiciales como la prohibición de acercamiento. Dimos constantes capacitaciones en perspectiva de género para fuerzas de seguridad, de salud y personal de municipios.
Realizamos talleres educativos con obra de teatro en cada departamento provincial, trabajamos en la incorporación de la temática a la currícula escolar.
Estamos abriendo casas de protección en Santa Rosa, San Carlos y Ciudad, y por primera vez se harán convenios con asociaciones civiles para más casas de protección.
Ninguna de estas acciones será suficiente ni veremos cambios reales si no asumimos que estamos ante un problema de carácter social y cultural de grandes dimensiones, que atraviesa a la sociedad toda. Se trata de una violencia sistémica sobre las mujeres, que vivimos día a día, en todos los ámbitos, y que lamentablemente deja ver su peor faceta en el peor de los finales: los femicidios.
Hoy la realidad nos golpea duro, y es esta realidad la que queremos transformar. Pues entonces redoblaremos esfuerzos para erradicar la cultura machista y avanzar hacia una sociedad de equidad, donde las mujeres vivamos libres de violencias y no tengamos que lamentar ni una menos.
* Por Silvina Anfuso, directora de Género y Diversidad de la provincia.