La inflación en primer lugar, la economía en general luego, y en tercer escalón la inseguridad, son los principales problemas para los argentinos, más allá de que el Gobierno asegura, por medio del ministro de Hacienda, Alfonso de Prat-Gay, que la suba de precios "ya no es un tema".
Este mediodía, la ONG Latinobarómetro dio a conocer su informe anual sobre el estado de la democracia en América Latina, reporte según el cual esa forma de gobierno se encuentra "estancada y en declive", por conductas sociales autoritarias.
En el caso de la Argentina, DyN dialogó con Germán Oliveto, sociólogo que se desempeña en MBC-Mori, la entidad que se encargó de consultar a 1200 personas en todo el país.
El principal problema que aqueja a los argentinos es "la inflación, en un pie de igualdad con la economía en general", señaló el consultor, que destacó además que "la inseguridad bajó así al tercer escalón, algo que no ocurría desde 2010".
"La desocupación quedó en un cuarto puesto", mientras que un tema como la corrupción "se ubicó séptimo lugar, lejos de un nivel de principalidad", añadió.
Al considerar la cuestión económica como un todo, es decir, incluyendo la inflación, la desocupación y eventuales desabastecimientos, en ese caso el tema se ubica claramente primero, con 56 por ciento, lejos de la inseguridad, con 18 por ciento.
Por su parte, la directora de Latinobarómetro, Marta Lagos, advirtió que la democracia en América Latina se ha "estancado y decididamente no va para ningún lado".
A modo de ejemplo, mencionó que, en promedio, casi la mitad de los encuestados en 18 países afirmó que no le preocupa que el gobierno no sea democrático en tanto resuelva problemas.
A contramarcha de la tendencia regional, en la Argentina esa afirmación la suscribieron 31 de cada 100 entrevistados, y, al mismo tiempo, el apoyo a la democracia creció un punto, de 70 a 71, entre 2015 y 2016. El nivel más alto en ese aspecto desde que se publica el índice se registró en 1995, el primero realizado, con 76 por ciento, mientras que el más bajo correspondió al 2001, con su crisis social y económica, que tuvo 57 puntos sobre 100.
Del mismo modo, en América Latina "un 52 por ciento quiere que la sociedad sea ordenada aunque se limiten libertades, una demanda brutalmente autoritaria", advirtió Lagos.
En cambio, en la Argentina esa postura recogió un 40 por ciento de las adhesiones durante las entrevistas, realizadas en las últimas dos semanas de junio y la primera quincena de julio. Más allá de los problemas que los latinoamericanos enfrentan a diario, el índice de satisfacción de vida es uno de los más altos del mundo, con un promedio de 74 por ciento.
En Argentina esa cifra a 80 por ciento, mientras que en Republicana Dominicana asciende a 88 por ciento. "El latino se siente mucho mejor él que los países, así somos, ésta es la paradoja de la región", puntualizó Lagos. Fuente: DYN