Supongamos que tuviste una buena idea, planeaste un producto, inventaste algo o pensaste un nombre fantástico para una empresa. El paso siguiente al momento creativo es registrar la propiedad de tu creación para garantizarte la propiedad y poder utilizar o explotar los frutos de tu trabajo. ¿Cómo hacerlo?
La propiedad intelectual es una rama básica para todas las empresas del mundo, también las de Mendoza, pero para los particulares es un tema que suena engorroso y poco conocido. Es cierto, el trámite para registrar un producto o idea no es sencillo, pero si es fundamental para asegurarse la propiedad de la creación.
En primer lugar hay que decir que el registro de una propiedad intelectual no es para cualquier cosa: hay que cumplir con una serie de trámites y requisitos para conseguir ser el dueño de una idea o invento. Para interiorizarse más sobre esto, la UNCuyo organizó un foro en el que disertaron diferentes personalidades del ámbito nacional y provincial sobre la propiedad intelectual.
Si bien la propiedad intelectual es muy amplia y uno puede pensar en registrar prácticamente cualquier cosa que se le ocurra (siempre que cumpla con requisitos establecidos), existe una diferenciación entre el registro de una idea y de una marcha. Así, el Registro de Propiedad Intelectual es el que se encarga de los derechos de autor (libros, por ejemplo) y Instituto Nacional de Propiedad Industrial se encarga de marcas y patentes.
Si tenés pensado registrar una marca familiar hay una mala noticia: no podrás hacerlo solo. Previo a presentar los papeles hay que realizar una investigación exhaustiva sobre el mercado, los antecedentes, la competencia, etcétera. Yo recomienzo contratar a un gestor, ya que los trámites son complicados y se realizan en Capital Federal, explicó a SITIO ANDINO Leandro Sorbello, organizador del foro en la Uncuyo.
Además, registrar una propiedad intelectual no es gratis. Los costos son variables, van desde los $200 para un derecho de autor hasta superar los $2.000 para una marca. Patentes privadas y marcas son lo más caro y en general requieren contratar a una empresa para que evalúe el mercado, resaltó Sorbello.
Otro dato a tener en cuenta es que desde el momento en que se presentan los papeles hay Sorbello organizó el congreso en la UNCuyo que esperar un lapso de entre 12 y 15 meses para que las autoridades de aplicación confirmen si tenemos el derecho o no sobre la idea. Se realizan publicaciones en boletines y se brinda un tiempo para que los terceros protesten, en el caso de que corresponda, explicaron.
Finalmente, en cuanto a la autoridad de aplicación aquellas personas que quieran registrar un derecho de autor deberán comunicarse con la dirección Nacional de Derechos de Autor. En tanto, para marcas el organismo es el INPI (www.inpi.gov.ar).
El negocio de las ideas.
Detrás del registro de propiedades intelectuales, como en la mayoría de las industrias del mundo, hay un negocio. El problema es que este lucra con las ideas y es totalmente ilegal.
Sucede que, uno de los problemas de la propiedad intelectual, radica en que algunas personas se dedican a registrar marcas con el único objetivo de luego venderlas a las empresas que quieren explotarlas. Si bien este negocio, que mueve millones en el mundo, está prohibido, no siempre alcanzan los esfuerzos de las autoridades para impedirlo.
Legalmente nadie puede tener una marca si no es para explotarla, pero es verdad que esto se hace y hay un negocio importante detrás de las propiedades intelectuales, reconoció Sorbello.
La relación entre lo nacional y lo importado
La propiedad intelectual no es mundial, sino por país. Es decir, aquellas empresas que quieren importar sus productos o su marca deben registrarse en cada uno de los países que pisan para no tener problemas de derechos de autor.
Así, si bien las marcas mundialmente reconocidas son resguardadas y los registros de propiedad intelectual no permiten registrar sus nombres, hay otras menores que pueden tener problemas para entrar a algún territorio nacional. Nadie va a poder registrar Coca Cola o Pepsi como marca en ningún país del mundo, pero para empresas más pequeñas la situación es diferente, explicaron en la UNCuyo, luego de realizado el congreso sobre el tema.
Si por ejemplo yo registro una marca, llamemoslé Mendoza, y después una empresa internacional quiere registrarla para vender algo en el país, entonces tendrá que negociar conmigo el uso de la marca, blanqueó Sorbello a la hora de explicar la relación entre lo nacional y las marcas importadas.