Crítica

Cornejo sobre la gestión de Pérez: "Más gasto público pero menos Estado"

El intendente de Godoy Cruz opinó sobre "la falta de gestión del gobierno actual que se ven reflejados en los casos de la muerte de Luciana y el trágico accidente de la Ruta 7".

Por Sección Política

El intendente de Godoy Cruz, Alfredo Cornejo opinó sobre "la falta de gestión del Gobierno Provincial que se vieron reflejados en los casos de la muerte de Luciana y en el trágico accidente de la Ruta 7".

A continuación la opinión del radical:

Los casos de Luciana y el accidente de la ruta 7 ejemplifican los problemas de gestión del Estado de Mendoza. Estas muertes evitables que han sensibilizado a los mendocinos, tienen un denominador común: se gestionan mal las herramientas existentes.

Diagnósticos superficiales, respuestas tardías, protocolos deficientes o que no se cumplen, indican que, probablemente, casos de similar gravedad vuelvan a suceder, ya que si no ocurren más a menudo, es producto del azar y no porque haya una planificación seria, gestionada correctamente, en pos de la eficiencia y de la prevención.

En el caso de Luciana queda de manifiesto que no existen protocolos de acción para casos de violencia intrafamiliar o están y no se cumplen. Si a esto se le suma la desidia en los procesos de acción de quienes tienen que intervenir, esto se torna más grave y complejo.

En el caso del accidente del camión con el micro se pueden señalar muchas acciones de indolencia. El 911 y la Comisaría 25 ni siquiera actuaron como el sentido común lo indica, mucho menos, entonces, pensar en la ejecución de un protocolo de acción, sin supervisiones precisas que indiquen y corroboren su implementación.

El hecho de que se priorizara la burocracia o que un llamado al 911 fuera atendido por un operador que desconocía la ubicación del Acceso Este, me recuerda una anécdota personal: un familiar denunció un incendio a la altura del Aeropuerto y le preguntaron dónde quedaba. Esto, conlleva a varias preguntas inevitables: ¿Quién capacita al personal policial?, ¿quién lo supervisa?, ¿quién elabora los protocolos? y ¿quién o quiénes son los responsables de hacerlos cumplir?

Por otro lado, los controles viales de rutina son inexistentes y los que se hacen consisten en mirar cómo pasan los autos deteniendo uno cada cien. Los efectivos policiales no cuentan con las herramientas tecnológicas existentes en la actualidad, el otorgamiento del carnet de conducir es un trámite sin mayores evaluaciones, ni condicionamientos y es habitual ver cientos de automóviles sin luces y en pésimas condiciones para circular por las rutas. Las revisiones técnicas no se hacen y si se hacen son mínimas sin seguimientos de posteriores y pueden seguir varios etcéteras al respecto.

Seguramente se debatirán y se anunciarán nuevas normas y reglamentaciones pero, lo concreto, es que el Gobierno no le brinda capacidad al Estado y no cumple con las normas existentes ni con los recursos económicos disponibles para intervenciones moderadas.

El Gobierno Provincial tiene una agenda ajena a estos problemas de gestión. Quiero creer que tiene un diagnóstico acertado sobre que el sistema de educación no funciona bien, el de salud mucho menos y el de seguridad da pena. Su respuesta, si este diagnóstico es compartido, es colocar más dinero en los sistemas, sin preocuparse por la gestión diaria o por el funcionamiento cotidiano. Así ha venido funcionando en los últimos años: se coloca cada vez más dinero en sistemas que no funcionan bien y se malgastan recursos diariamente sin tomar medidas que mejoren la gestión.

No se eliminan gastos sin sentido, ni se estudia cómo invertir mejor los recursos existentes.

La otra opción es que el gobierno considere que estos sistemas funcionan muy bien. Y ahí tendríamos un problema mayor: una lectura distorsionada de la realidad. Sin embargo, mi presunción es que saben cuáles son las falencias, pero les resulta más fácil o menos trabajoso seguir pidiendo dinero sin preocuparse por cómo optimizar los recursos.



Paralelamente, el gobernador Francisco Pérez se preocupa por tener una agenda que no hable de esto, porque cree que puede influir en la ciudadanía imponiendo asuntos y debates triviales como quiénes son los artistas que vienen a la Vendimia o qué megaespectáculos se pueden realizar en Mendoza (siempre a costa del Estado y sin riesgo para privados).



La agenda del Estado provincial y del gobierno debe tener como prioridad que los sistemas de educación, salud y seguridad sean mucho más eficaces en sus objetivos y eficientes en sus gastos y atiendan los problemas cotidianos y permanentes de todos los mendocinos. De lo contrario, tendremos muchos más casos Luciana y accidentes como los de la ruta 7, que van a seguir sucediendo si no se gestiona con responsabilidad, y vamos a continuar debatiendo sobre las normas y no sobre las soluciones a esos problemas.

Propongo acciones mucho más prácticas: que se priorice en la agenda de gobierno la gestión de esos sistemas, que se implementen sin burocracia, que los protocolos de funcionamiento sean precisos en la comunicación y en las responsabilidades específicas en cada uno de los servicios y que los funcionarios se ocupen día a día para poder garantizar su buen funcionamiento.

Si se retoma ahora y se mejora la administración de las herramientas que tiene el Estado y se trabaja para que los sistemas de controles sean eficientes, probablemente en los próximos años tengamos una calidad de vida colectiva e individual mucho mejor. Podríamos evitar, así, golpes tan duros como las muertes evitables y también, la creciente falta de credibilidad a las instituciones como estamos observando hoy.

Es esto, en síntesis, lo que planteamos a la hora de discutir el Presupuesto, porque el gobierno quiere gastar más para seguir haciéndolo mal y endeudando a la Provincia y a las próximas generaciones. El gasto público ha crecido en los últimos 6 años más del 650%, superando ampliamente a la inflación. El resultado: peores servicios de seguridad, de salud y de educación.

O sea, tenemos cada vez más gasto público pero paralelamente menos Estado, lo cual es contradictorio con lo que se pretende mostrar.

No puede ser que, con avisos previos, no se pueda detener a un camionero ebrio ni a un maltratador de menores.

Necesitamos mejor gestión para que el Estado funcione.

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